foto cargada por melodious flower en flickr
Vivo entre cuatro paredes, un techo y un piso. Cada mañana soy consciente que estoy porque despierto. Dentro de las cuatro paredes hay una ventana y por ahí se asoma el verificador de mi continuidad.
Recorro el espacio donde vivo: son veinte pasos, no más. Tres de las cuatro paredes se adornan con libros, en su compañía vivo en medio de palabras y otros mundos. Me distraigo yendo una y otra vez sobre esos veinte pasos, al hacerlo, descubro que conforme el sol aparece y deja mi ventana, me ha cambiado la piel, la voz y el sabor en los labios. Mi pelo es menos negro, los ojos me brillan con más asombro, el corazón no da saltos al primer estímulo, acuso mejor el oído y me ajusto con tranquilidad la mirada.
Llevo la cuenta de los años. Aprendí rápido a soñar: lo hacía en blanco y negro, desde hace una semana es en tono marrón. Me relaciono poco y con algunas gentes. Siempre he tenido miedo y, para protección, me encierro en mis cuatro paredes con piso y techo.
Recorro el espacio donde vivo: son veinte pasos, no más. Tres de las cuatro paredes se adornan con libros, en su compañía vivo en medio de palabras y otros mundos. Me distraigo yendo una y otra vez sobre esos veinte pasos, al hacerlo, descubro que conforme el sol aparece y deja mi ventana, me ha cambiado la piel, la voz y el sabor en los labios. Mi pelo es menos negro, los ojos me brillan con más asombro, el corazón no da saltos al primer estímulo, acuso mejor el oído y me ajusto con tranquilidad la mirada.
Llevo la cuenta de los años. Aprendí rápido a soñar: lo hacía en blanco y negro, desde hace una semana es en tono marrón. Me relaciono poco y con algunas gentes. Siempre he tenido miedo y, para protección, me encierro en mis cuatro paredes con piso y techo.
Confieso que no sólo por el temor me aíslo. Sucedió que un día descubrí lo bueno de vivir así: logro echar fuera lo que tengo dentro, vivo en otro mundo, en otra ciudad o en la mía, entre jardines, lluvia o montes. Todo esto lo saco en imágenes, en palabras, en frases, en cuentos. Lo escribo para no olvidarlo.
Vivir consiste también en salir de mis cuatro paredes. Recorro las aceras: un día mirando a la izquierda, otro más a la derecha, muchos con la mirada al frente. En esas andaba cuando descubrí que en el piso se forman imágenes interesantes. Hoy mi caminar nada tiene que ver con el estado de ánimo, podrán encontrarme mirando hacia abajo pero con el alma hasta el cielo. Me gustan las incógnitas y me emociona encontrar respuestas. Me divierte descubrir entre las máscaras una cara conocida y grito vítores y porras al sentirme reflejada. Me burlo de lo forzado, de lo imitable, de la ausencia de originalidad. Me cuesta trabajo entender la repetición de errores y me molesta descubrirme en ello. He superado la actitud de sentirme diferente sin serlo, desde entonces cuando estoy en familia, logro reconocer en mis hermanos alguna de mis manías, en mis sobrinas muchos de mis aciertos, en mi madre mis miedos. Si me preguntan lo mismo cada mes o cada año, recuerdo que yo vivo entre cuatro paredes, un techo y un piso; entonces, me río, y les contesto lo mismo que hace diez años.
Como verán no soy muy diferente a los demás. Continúo divirtiéndome de aquellos que no se aceptan y se niegan a ver que las diferencias no van más allá de la simple actitud.
Hace unos meses me confundió la soledad y, sin precaución, dejé entrar a un arrogante. Salí rápido del embrollo.
Vivir consiste también en salir de mis cuatro paredes. Recorro las aceras: un día mirando a la izquierda, otro más a la derecha, muchos con la mirada al frente. En esas andaba cuando descubrí que en el piso se forman imágenes interesantes. Hoy mi caminar nada tiene que ver con el estado de ánimo, podrán encontrarme mirando hacia abajo pero con el alma hasta el cielo. Me gustan las incógnitas y me emociona encontrar respuestas. Me divierte descubrir entre las máscaras una cara conocida y grito vítores y porras al sentirme reflejada. Me burlo de lo forzado, de lo imitable, de la ausencia de originalidad. Me cuesta trabajo entender la repetición de errores y me molesta descubrirme en ello. He superado la actitud de sentirme diferente sin serlo, desde entonces cuando estoy en familia, logro reconocer en mis hermanos alguna de mis manías, en mis sobrinas muchos de mis aciertos, en mi madre mis miedos. Si me preguntan lo mismo cada mes o cada año, recuerdo que yo vivo entre cuatro paredes, un techo y un piso; entonces, me río, y les contesto lo mismo que hace diez años.
Como verán no soy muy diferente a los demás. Continúo divirtiéndome de aquellos que no se aceptan y se niegan a ver que las diferencias no van más allá de la simple actitud.
Hace unos meses me confundió la soledad y, sin precaución, dejé entrar a un arrogante. Salí rápido del embrollo.
Es necesario hacer una nueva historia donde escurran los besos, transformar la antigua donde fui derrotada. El triunfador que la cuente, el resto es olvido. Esto que hago no es hablar, no se trata de escribir, no intento explicar. ¿Será parecido a escavar? En la cabeza está todo, lo echaré fuera como carbón de una mina abierta. Las historias que me invento invaden los jardines, los callejones, los hoteles, las playas, las librerías, los cines. Esquivan el frío, se burlan del oleaje. Son historias con brazos, con bocas que hablan en idiomas confusos. Las escribo con palas y sudor. Saco el carbón a carretadas. La historia real aplaude.
A esta edad es peligroso volver a morir de amor, entonces, seguiré acusando el oído y si aún así caigo directa al vértigo... por ahí me verán en terapia: colocando vendas y curitas para unir los pedazos de corazón, a lo mejor de nuevo me salvo. Las decisiones se toman en un segundo y se pagan toda la vida. No han inventado todavía algo infalible para curarse en salud de esto. Aún tengo mucho que aprender, ver, leer, escuchar.
Abriré mis brazos y me iré directo hacia la vida.
Vivo entre cuatro paredes, un techo, un piso y un río…
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Mi poeta Lumpenpo, me regaló un pedacito de esperanza. Se trata de un "cachito" de la Loteria Nacional.
Dicho proyecto parte de alas de plomo, del blog:
http://alasdeplomo.com/2009/11/14/regalamos-loteria-de-navidad-2009/comment-page-9/#comment-32608
http://alasdeplomo.com/2009/11/14/regalamos-loteria-de-navidad-2009/comment-page-9/#comment-32608
Este "cachito" lo regala la administración de lotería Z-13, en Gran Vía 36, de Zaragoza. Teléfono 976 -23 57 69.
Contacten con Alas de Plomo para que se informen cómo hacerlo.
Paso el cachito a estos amigos y amigas:
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foto cargada por mafalda en flickr
Además, ya me conocen lo floja y tardada que soy para publicar. Por eso aprovecho para desearle a todas y todos…
¡¡FELICES FIESTAS!!
CHUPANDO QUE ES GERUNDIO
¡¡SALUD!!
FIRMA: Un ser de este mundo
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