lunes, 9 de abril de 2007

ÁRBOL ADENTRO




Iba a la Universidad en un tranvía, bueno, en realidad el vagón del metro se transformaba en tranvía en el momento que el pie de ella tenía contacto con la vía. Un miércoles ocurrió el milagro. De regreso a casa, el tren disminuyó de golpe la velocidad y casi se detuvo. Por las ventanas vio una plaza amplia, los pasajeros con ella se abalanzaron hacia el mejor lugar para poder ver algo.


Y en la plaza había un pequeño restaurant y en la terraza del mismo, muchas parejas bailando Tango, de un modo muy "corporal", provocador y cercano.








"Estoy en pie por la costumbre de jugarme,

porque aprendí en el rigor a modelarme;

hay mil caminos por andar,

no quiero ya retroceder

en esta lucha por llegar,

en el deseo de vencer.


Cada mañana estrena un nuevo día

y yo también mi terca valentía

y le respondo al milagro de estar vivo

inventándome un motivo para amar.


Es mi vida más que nada

una página callada de heroísmo,

el afán de sostenerme

y el deseo de ponerme a mi mismo en pie

ante el sopapo de la suerte en pie.


Frente a la vida y en la muerte

y si un día el dolor me destruye la fe,

como un árbol me muero de pie".**













Así como disminuyó su velocidad, el tranvía recuperó su rodaje habitual. Nada había cambiado, ni el dormitar del chico adolescente que estaba a su lado, ni la señora gorda cargando el fastidio y los paquetes de compra. Se bajo del tranvía en la siguiente estación. En la búsqueda de un lugar donde fumar, entro a un lugar más neutral, donde las ideas y pensamientos se entrecruzan sin conflictos. Entró a una cafetería. Miraba con los ojos muy abiertos, con esa mirada tan suya, bien cocida, muy espesa.

Ese Miércoles en el tranvía, encontró de nuevo su árbol. Su árbol que llora hacía arriba.



Lo había sospechado mas no entendido. Durante su infancia cuando una noche en su pequeña cama de niña, vio que el claro de luna empezaba a iluminar el ropero y, a penetrar en él por la cerradura. Con la piel erizada de miedo, se levantó, y miró por la rejilla y por ella se veía una sola cosa, tan asombrosa que casi se cayó de la estupefacción. Dentro del armario crecía un árbol. Un hermoso árbol frutal con guindas rojas trasparentes, como si fueran de cristal. Y, bajo del árbol dormía, un viejo pastor inglés con pelaje brilloso, largo, blanco y beige.


En la espera de respuesta, los años superaron al asombro. Porque el tiempo solo existe en el calendario. Porque en la vida uno tiene su propio tiempo, y en ocasiones se torna estacionario.


Ya tengo mi árbol que llora hacia arriba, se repetía. Con la necesidad de ser otra, de renovarse día a día, tomaba la solapa de los libros y de las letras y como acto de transformación se arriesgaba a caer en la voragine de la tentación.


No solo en la turbulencia de las letras y de los cantos se logra el cambio, sino también en la más perversa: la vorágine del amor.









Ya tengo mi árbol que llora hacia arriba en forma constante se repetía.

El secreto es más viejo que la verdad.


Se acercan los patanes bailando su tango provocador y cadencioso. Los de madera de abeto, luego luego se prenden, son eterna primavera: vacíos, insatisfechos, sin apego. Se transforman rápido en humo, se olvidan con facilidad y se convierten en estorbo.


Los que son como el enebro, huelen bien, son fuertes, pero eso es todo.


Existen los que son como el roble turco, fuertes, pero verdes, no sirven para el fuego.


Algunos son duros como la haya.


Por último los bien arraigados como el fuerte roble, solos, y con la certeza de haber encontrado su árbol que llora hacia arriba, aunque son tan pocos que no los encuentra, no pasan por su lado.


Subida en su tranvía, con su árbol que llora hacia arriba, decide elegir la soledad en lugar de la vulgaridad.




**"En pie" Tango



FIRMA: Un ser de este mundo



MEME

Nelly, el ángel eres tu, así como los otros ángeles amigos tuyos y gratamente míos. Anquilosada por semanas he estado, y ahora mi querida Nelly “CON ALAS PARA VOLAR” me invita a la cadena o juego llamado MEME. La Guapa Natinat la invito a ella y ahora ella me incluye e invita.
Se trata de transcribir la página 123 del libro que estemos leyendo en este momento.



Antes de iniciar comentaré que hace unas semanas se llevo a cabo en esta mi ciudad, México Distrito Federal, del 22 de Febrero al 04 de Marzo, la XXVIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, monumento del siglo XVIII ubicado en el corazón mismo de la vida cultural de mi país.











Siempre me hago un tiempecillo para ir, a embelesarme con los libracos. He encontrado algunas perlitas en esas visitas, y generalmente me gasto un buen de lana, pero ese gasto no duele, se los juro. En esta ocasión encontré unas nuevas perlitas literarias, de la editorial sexto piso. Estoy leyendo CONTAR CUENTOS, es una compilación de cuentos editados por Nadine Gordimer. Una antología de autores diversos. En total son veintiún historias, contadas por : Arthur Miller, Paul Theroux, José Saramago, Gabriel García Marquez, etc......

La que les voy a transcribir es la página 123, que corresponde al cuento “Testigos de una era” de Günter Grass:

“ El señor Jünger, que había reaccionado con fina sonrisa a las experiencias escolares –evidentemente sólo de escuela secundaria- de su colega escritor, calificó desde luego el culto a Langemarck de --sandez patriótica-- , pero admitió que ya mucho antes de comenzar la guerra se había apoderado de él una gran nostalgia del peligro, el deseo de lo insólito -- aunque fuera al servicio de la Legión francesa-- : -- Cuando luego empezó, nos sentimos fundidos en un gran cuerpo. Sin embargo, incluso cuando la guerra mostró sus garras, la lucha, como vivencia interior, fue capaz de fascinarme hasta en mis últimos días de jefe de tropas de asalto. Reconózcalo, mi querido Remarque, hasta en "Sin novedad en el frente", su excelente primicia, hablaba usted, no sin emoción, de la fuerza de una camaradería entre soldados que llegaba a la muerte --. Ese libro, dijo Remarque, no hilvanaba cosas vividas por mí, sino que reúne las experiencias del frente de una generación sacrificada. -- Mi servicio en un hospital militar me basto como fuente --.
No es que aquellos ancianos caballeros comenzaran entonces a pelearse, pero insistieron en ser de distinta opinión en materia bélica, tener estilos contrarios y, en general, venir de campos distintos. Mientras uno seguía considerándose --pacifista incorregible---, el otro exigía ser considerado --anarquista--.
-¡Qué va! – exclamó Remarque-. En su libro En tormentas de acero, hasta la última ofensiva de Ludendorff, era usted como un niño travieso en busca de aventuras. Reunió frívolamente una tropa de asalto para, con placer sangriento, hacer un par de prisioneros y de paso, posiblemente, birlar un par de botellitas de coñac...
Luego, sin embargo, reconoció que su colega Jünger, en su diario, había descrito en parte acertadamente la guerra de trincheras y posiciones; en general, el carácter de la lucha de desgaste.
Hacia el final de nuestra primera ronda de conversaciones – los caballeros habían vaciado dos botellas de tinto - , Jünger volvió a hablar de Flandes.”

Es un buen ejercicio, aquí se los dejo, invito a este juego MEME a cuatro personalidades que estimo mucho y que me gustaría saber que están leyendo:
AGEEK
JUANA GALLO
W
ANTONIO


FIRMA: Un ser de este mundo




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