lunes, 23 de noviembre de 2009

Un corazón de pollo...






"Sí, seré tu sacerdote y construiré un templo
en alguna recondita región de mi mente,
donde pensamientos entrelazados, recién nacidos con doloroso placer,
murmurarán al viento en lugar de los pinos:
en amplio círculo estos ocuros árboles agrupados
rodearán las agrestes montañas ladera por ladera;
y allí por medio de céfiros, arroyos, pájaros y abejas,
las dríades reclinadas en el musgo serán arrulladas hasta dormir;
y en medio de esta amplia quietud
un santuario rosado adoraré
con las enrejadas trenzas del cerebro que piensa,
con capullos, campanas y estrellas sin  nombre.
¡Con toda la jardinería que la fantasía pueda imaginar,
que al cultivar las flores, no siempre cultivará las mismas.
Y allí habrá para ti todas las delicadas delicias
que el sombrío pensamiento pueda conquistar,
una brillante antorcha, y una ventana abierta en la noche
para permitir al cálido amor entrar!"

(Fragento de "Oda a psiquis", John Keats)




La imaginación es una de las capacidades que nos diferencian del reino animal.  La mecánica existencial nos hace olvidar esa herramienta.  Me gusta cortar dientes de león, sus espinas de seda blanca flotan a capricho del viento. "Te llegarán ideas", le gritaba.  Soplando una a una las cabecillas erizadas, me entretenía y, según yo, le aportaba algo de fantasía.
Pescando al aire una que otra palabra, él las guardaba y luego les daba forma. Era un juego divertido.  Un día me invitó a hacer lo mismo.  Nos sentamos en el rincón más alejado de la explanada, a espaldas de la biblioteca.  Unos matorrales pelones nos servían de biombos, y, ahí, escondidos, empezamos a imaginar.

Escribir por escribir.  Así se inicia, sin buscar alguna finalidad. En esa época salió la historia de Juan Pinillas; también un cuento extraño al que le puse el título de Manos refritas así como un montón de frases y párrafos con y sin sentido. En la actualidad lo sigo haciendo.  Voy aprendiendo poco a poco, para mi la finalidad es modificable.

Este post se lo dedico a mi pequeña MarichuyA la que le recomiendo que no ande buscando musas ni musos.  Imaginar no requiere de eso.  Ahí está la naturaleza, siempre viva.
Permite que tu corazón de pollo se inflame con el trueno fecundo del rayo, o con la irradiación húmeda de un brote floral, o con el aleteo hipnótico del ave. Eso mi amiga, es gratis.

Firma:  Un ser de este mundo





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jueves, 19 de noviembre de 2009

La poesía y el poeta...




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...Amo tus mil imágenes en vuelo
como un bando de pájaros salvajes...


Eliseo Diego

Recuerdo que me cantabas los lunes.  Eras desafinado y la risa me ganaba en lágrimas.  Creo que te gustaban los jueves para hablar de tu hermano, el que murió dejándote clavada la culpa de no haberle prestado tu bicicleta. Los sábados me llamabas por teléfono:  "es el de los libros", gritaba mi madre, y yo corría para tomar la bocina y charlar por horas contigo.  Nos gustaba caminar y, armándonos de valor, recorríamos la distancia de la preparatoria al metro tacuba; a pie, y consumíamos dos horas de nuestras vidas y también cinco cigarrillos cada uno.  Pero estoy segura que fue un día gris cuando busqué tus labios hasta que los encontré.  Te tomó por sorpresa, el calor de tu lengua me transformó en alguien que no imaginé ni en mis mejores vuelos fantásticos.  Recargé mi cuerpo por completo en el tuyo; mis senos pequeños percibían el latido fuerte y rápido de tu corazón.  Mis manos trabajaban en tu nuca, en tus mejillas, te envolvían. Fue un beso prolongado.  Pero tu cuerpo recibió más no brindó. 

No llores, decías, y chupabas como sorbete mis lágrimas con besillos leves sobre mis mejillas.  Ese es el error que no quise nunca para ti.  No me ames amiga. ¿Recuerdas lo que dije un día acerca de los poetas? Un poeta es una mentira. Es una palabra bella lanzada  y atrapada por muchos oídos.  Un poeta es una hoja  libre al viento.  ¿Percibes ese aroma?, es el poeta quien lo lanza y se lo lleva. El poeta va de cama en cama, de fuego en fuego, de piel y a flor de piel, no permanece brota y de pronto vuela.  Amiga, a ti y a mí nos acercó la palabra.  Escuchaste las rimas, el ritmo y te dejaste mecer por mis brazos. 

Amiga mía, un poeta es una pérdida de tiempo, un disturbio, un infractor de lo que tú quieres que sea.


FIRMA:  Un ser de este mundo




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lunes, 16 de noviembre de 2009

Intimar con letras...







Foto cargada en flickr por The constant day dreamer



Hablar acerca de la intimidad me resulta difícil, incluso con mis amigas.  Es más fácil hacerlo con los personajes de un cuento. Párrafos largos o poéticos salen a relucir.  Me verán fabricando escenarios anegados de gemidos como fondo musical a la pasión. Aún en esta época, mi madre me envía señales violentas con sus ojos cuando me atrevo a decir alguna broma subida de tono.  Pero ya resignada sólo mueve la cabeza, ni que fuera yo a decir pelos y señas de lo que se hace en la cama; no puedo, estoy negada y de eso tiene la culpa  la "buena" educación que, a punta de garrotazos entre ella y mi abuela tuvieron a bien brindarme.  
Un día llegué emocionada a contar en la sobremesa el incidente del día.  La médica que me impartía la clase de medicina forense preguntó a los ahí presentes si habíamos disfrutado o practicado el sexo oral.  Vaya la cosa, en esos tiempos con dificultad y gran culpa, logré dejar que las varoniles manos de J reposaran en mis senos además de sentir -no sin pudor de por medio- su deliciosa virilidad repegarse entre mis piernas.  Cuando la doctora lanzó la pregunta, de forma inmediata miré de reojo a J, el ingrato sonreía.  La mayoría de las aprendices de médico permanecimos calladas, algunas escandalizadas.  Los hombres con picardia y cierto orgullo decían que sí y se hacían muecas entre ellos, uno incluso puso los ojos en blanco y se mordio los labios.  Barragán, un compañero de ojos grandes, piel morena, hombros anchos y nalgas bellísimas gritó un no rotundo; agregó que esas eran cochinadas, que cada cosa tenía su función, la boca para alimentarse, y etc.  La doctora lo miró con ternura, recuerdo que se puso en pie y, acercándose a él  le dijo: "Mira doctor si te mueres sin que te lo hayan mamado te iras derrotado".  Las risotadas no se dejarón esperar. Cuando terminé de contar la anécdota mi madre ya no estaba en la mesa, la cara de mi hermana era de un palido terroso y a mis hermanos, se les atoro el bocado.

Tengo que agradecer a la imaginación de otros, muchos de mis despertares.  Cuando conocí a Simone creada a través de la pluma de  Georges Bataille (Historia del ojo) me dio una envidia inmensa, aunque al mismo tiempo: miedo a la muerte.  Un goce desmedido puede llevarte a la muerte.  Luego llegó a mis manos Las edades de Lulú de Almudena Grandes, me sentí normal pero concluí que tenía que buscar alguna solución para disminuir los altos niveles de represión que me auto infligia.  Lolita de Navokov me motivó a mirarme infinidad de veces frente al espejo, a posar escondida en el baño con las tobilleras por abajo de las rodillas y la falda corta, jugando un lápiz entre los labios.  Así fue que mi intimidad continuó siendo narrada por otros y yo la leía tal vez para recordarla.  Ahora la escribo para revivirla. ¿En eso consiste la vida al final, en estar solo, leer, contemplar y recordar?

Hace dos años compré en la feria del libro en ediciones cal y arena, una serie de cuentos. Un hombre a la medida donde Claudia Guillen es la compiladora.  Once relatos escritos por mujeres, cada una toma un trozo del cuerpo masculino y arma su fantasía. Hombres que nacen, se forman a través de los ojos y los deseos de su creadora.  En estos relatos no hay revanchismo ni mucho menos idealización. Entonces leo Inaccesible (La calva) de Adriana González; La ruta de los espejos (Los ojos) de Claudia Guillén; Juego (La nariz) de Patricia Laurent; Manual de autoayuda para chinos (La boca) de Rosa Beltrán; El vendaval del vello (La barba) de Cristina Rivera-Garza; Arco iris trasmontanos (La espalda) de Ana Clavel; Con tu corazón (El pecho) de Adriana Díaz Enciso; Una noche con Sebastián Bouchet (Las manos) de Ana García Bergua; La Liga del Gineceo (El pene) de Susana Pagano; Memorias del serial pincher (Las nalgas) de Norma Lazo y El caminante solitario (Las piernas) de Gabriela Vallejo Cervantes.  Relatos plagados de imágenes eróticas.  Un hombre a la medida idílico.  En mi caso me identifiqué con Ana Clavel, con Adriana Díaz Enciso, con Claudia Guillen, con Ana García Bergua y con Norma Lazo.

¿Que parte del cuerpo del hombre te motiva fantasías?




ADD:  A petición de Aurore y además para que los hombres no se salgan por la tangente agregaré lo siguiente:

¿Que parte del cuerpo de la mujer te motiva fantasías?

Aunque creo saber sus respuesta, Mmm, a menos que me sorprendan  y me callen la bocota. 



Firma:  Un ser de este mundo.




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martes, 10 de noviembre de 2009

Continuar...




Hace unos días hablé acerca de imaginarme en y como una isla. Le decía al poeta Lumpenpo que estar en esa situación coloca a cualquier persona en fragilidad. Brinda también la sazón de ver desfilar los valores humanos para de esa forma reconocer cuál tendría mayor importancia.

Los tiempos que vivimos son difíciles de varias maneras. Tener es más relevante que el ser. Lo aparente arrastra a lo verdadero. Lo individual se impone ante lo general. He logrado asomar mi cabeza de avestruz y la condición humana se muestra tal cual es. No me quejo ni mucho menos intento descubrir lo que muchos saben.

Filosofar de la vida en internet me tiende a dar flojera no porque no me importe o no me guste; más bien creo que encontré mi propio método para analizar el entorno y las actitudes humanas, sin llenarme de profundidades desconocidas (para mí) tanto en el manejo como en las definiciones.

Me habitan cambios y en su mayoría defensas. No me fio de las actitudes ni mucho menos de las aptitudes (detalles hablan por si solos).

En lo que se refiere en este mundo virtual, desconfío, no creo hasta que logro mirar los ojos del tecleador. He aprendido a leer entre líneas y a “leer” intenciones no escritas. Aún así he confiado en algunas personas. Je, y sip, por desgracia unos pocos no son lo que pensé (al conocerlos y mirarlos directo a los ojos). Otros cuantos se dan a conocer por tonterías sin llegar a lo fundamental: el olor y color en vivo. Lo mejor de esto es que he conocido personas auténticas, netas, rockeras, simpáticas, inteligentes, sensuales, sexuales jejeje. Eso hace que esto de lo virtual valga la pena. Mi naturaleza brava, burlona y directa, esa no la escondo ante nadie en el ciber-espacio ni mucho menos en vivo y en directo.

Fuera del teclado de la computadora, me muevo entre ríos y turbulencias de VANIDAD y esa misma determina conceptos erróneos con lo que respecta a lo sensible. El vanidoso no ha perdido sensaciones; esconde su vulnerabilidad; es frío, calculador, enigmático. En el intento de salvar vidas nos tropezamos con múltiples obstáculos; entonces, el gran genio, el “sabelo-todo”, se niega a aceptar sus limitaciones y algunas veces, incluso sus errores. Unos a otros nos lanzamos miradas y reproches, no cedemos terreno. Dimes y diretes estúpidos donde se golpean sin tregua nuestros aciertos y un número nada despreciable de errores. La autocrítica debería ser un curso intensivo obligado para todos los médicos. Es difícil más no imposible aceptar que no se sabe o que algo que debería resultar de una forma, presentó -por falta de habilidad- complicaciones.
Rodeada de hombres con diferentes actitudes y aptitudes y, tomando en cuenta las mías, deberíamos formar un equipo fregón. Pero no, no es así. Las pocas mujeres que formamos parte de un servicio cargado de stress, aprendimos a sobrevivir entre bofetadas de indiferencia –con lo que respecta a trabajo, aciertos y aptitudes- y memorándums absurdos.

Entre ellos, (hombres) se dicen “maestros”. Ellos (los hombres) a nosotras nos dicen “cabronas”. También se observa otro tipo de diferencias: lo determinado por el horario y la permanencia del sol. Tal parece que la inteligencia se otorga por turnos laborales. Los médicos matutinos son “sabios” por imposición ¡je!
Los resultados –ya sea buenos o malos- de algunos procedimientos quirúrgicos e intervencionistas, son capoteados por los del turno vespertino y nocturno. Cada noche como damnificados, atendemos situaciones graves o complicaciones primarias y secundarias; solucionamos o intentamos salvar alguna vida. Por la mañana llega la inquisición y califica ¡ja!
Así es, me burlo de lo administrativo eso me acarrea conflictos. Mañana me dedicaré a firmar mis notas de evolución y las hojas de consentimiento informado. Con eso se arreglaran todos los problemas de abasto, y los pacientes por arte de magia se curarán ¡faltaba más! ¡Já!…

Vengo a fugarme de esas tarugadas al blog y por momentos me doy cuenta que este medio está también cargado de babosadas a ese mismo nivel. Apariencias, guerra de popularidad, vanidades, envidias, puafff. Entonces, me enconcho, me fugo.

Continuo aquí para seguir hablando conmigo y contigo. Escribo esto para poder entender que formo parte de esta
apariencia. LEE EL TEXTO

Escribo para conocerme y conocerte. Soy una isla que observa a otras y que le gusta la solidaridad de un extraño, ese que hoy brinda su mano y de pronto se esconde entre el rebaño…
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FIRMA: Un ser de este mundo.







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