domingo, 27 de enero de 2008

ANATOMIA Y EROTISMO NO SON LO MISMO

Canción: "Vasos de cerveza" René García Vidrio

No llegues tarde le dijo; ella apresuró el paso, la mejor clase de todas era esa, se recriminaría más tarde si perdía la oportunidad de escucharle. Llegó a la entrada del aula, cerrando los ojos respiró profundo, al abrirlos nuevamente, una puerta de madera vieja con el pomo grosero la recibió, la figura del pomo desde el primer día le había producido curiosidad y misterio: picándole las mejillas y el rubor incontenible la desenmascaraba. La figura era un pene en inmensa erección, los testículos adornaban los lados y podían ser utilizados como picaporte para jalar, a menos que deseara darle un saludo a la masculinidad desde la entrada.  Los estímulos y reacciones que en esa aula se llevaban a cabo eran tan viejos como el material con el que estaba hecha la puerta. La abrió y el rechinido que provocó la delató; el Dr. Robledo silenció el diálogo y la recibió con la mirada. Una rápida inspección y encontró de inmediato el lugar adecuado y se sentó.

Introducción al Kamasutra I, clase obligada como parte de la formación de todo aspirante a ser médico, impartida por el Dr. Robledo, era una de las asignaturas que tenían como deleite el aprender a desprenderse de la realidad durante cuatro horas, dos teóricas y dos prácticas; el cuerpo y los escondites hacia el placer, zonas erógenas, inicio, preludio y éxtasis, eso era esa clase.

Un arrullo serrano era la voz del Dr. Robledo: volando delante de sí mismo, rebotando de una pared hacia otra, se elevaba hacia arriba y, de repente, caía; en ese momento ella percibía un hormigueo y como respuesta al mismo se presentaba pilo-erección de todas las vellosidades existentes en su cuerpo. Su voz volvía a escucharse fuerte, varonil: "Mmm jóvenes, es importante relacionar órgano y función", decía con hipnótico canto. "¡Santo Dios! como se atreve a ronronear de esa manera", pensaba ella entre irritada y excitada. Escuchar ese ronroneo salir de una de las zonas implantadoras de placer del Dr. Robledo, provocaba una sensación similar a la salida impetuosa de miles de semillas de luz, iguales a las que forman el haz multicolor del arco iris.

Aprendía en esa clase a lograr que el grado de densidad de la realidad cambiara, el tacto, la vista, el gusto, el oído, el olfato y su sexto sentido trabajaban al unísono. Gotas de sudor bajaban por su frente, algunas recorrían lentas el largo cuello, las manos no estaban exentas de ese fenómeno. ¡Válgame! por donde viera al Dr. Robledo podía encontrar un montón de hombre, un pecho que se daba sin que lo pidiera, que no hacía esperar, que no temía, que no asustaba, que no aplazaba, que no se reserva ni se mide, ni se frena, ni desconfía, ni calcula, como un banquete servido, lecho florido.
"Mmm", vuelve a ronronear el Dr. Robledo, ella lo mira a los ojos, deteniéndose en su mirada suave y fría, como el roce de la seda; en ese momento experimenta un arrastre de pequeños gorjeos y estremecimientos y, con la obstinación del pensamiento, logra atraerlo hacia ella, hacia el interior latido de sus partes de mujer.  Los minutos se alargan; el cosquilleo, que había empezado inquietándole los párpados, baja por el cuello y burbujea en sus pechos clandestinos, imaginado exhibirlos ante él, esponjándose, ofreciéndose. Justo en el centro de sus concavidades, en medio del platón de la cadera, un espacio se humedecía y se entibiaba, urgido de acoger, reclamando inquilino, con el afán del imán al metal. La cálida cuna sufre estremecimientos, palpitaciones intensas y placenteras, por segundos llega a conocer el cielo. Upsss…. Mira a su alrededor. El Dr. Robledo está inclinado, revisando la disección de cadáver.

Tres horas después, sentada en el césped intentando estudiar, recuerda su efímero monumento postizo al placer, le sucede cada vez que acude a la clase de Anatomía Humana.

Auchhh... Dr. Robledo, como dice el poeta, por qué ese afán de hacerse lo posible si sabe que es lo que a lo mejor no podrá ser nunca…


El conocimiento de la Anatomía no viene de la mano del conocimiento del placer, juguemos con el erotismo para conocernos, para aprender el punto anatómico de la super respuesta, busquemos cada uno de nosotros a nuestro cartógrafo, para que nos explore y pinte su mapa sobre nuestra piel.



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sábado, 19 de enero de 2008

CAUSAS Y AZARES








"La margarita es la flor más cómplice que existe porque sólo sabe contestar o no, me quiere o no me quiere y punto.  Si no ha de ser sí, pues que sea de una buena vez no, sin más dilaciones, porque un ser inquieto no soporta las posibilidades medianeras."



La respuesta fue un no rotundo y frío, san se acabó.  La última hoja pintada de no resbaló tan lenta, que parececía no alcanzar el suelo.  En su sarcástico y ondulante movimiento, la caída se tornó por momentos eterna y, los cambios de temperatura, amenazaban con quemarla -durante el verano- o reventarla en pedazos -en el gélido invierno-. Finalmente cayó y la peineta que ataba la reflexión brilló, soltando la cabelhera, liberando la privacidad de los pensamientos enredados.

Paciencia y presencia de ánimo, se gritó a sí misma.  Aquí, en esta línea de salida, volveremos a empezar desde el mero principio. El punto de salida es el nacimiento; no seré ni será igual; el río nunca es el mismo aunque se encuentre día a día en el mismo lugar. Cuando se muere por dentro, se nace por fuera; nacer y reconocerse.

Las aceras están repletas de urgencias y azares, caminando juntas y necesitándose. Vivir en el número equivocado de la calle soledades acarrea errores y penas. Coincidencias y concordancias dan al azar una finalidad; llegan y se instalan cómodamente en cada rincón.




Quiere jugar el juego del azar, y es por eso que elije, del frasco de los secretos, uno de los anillos y empieza a anudar el azar. Enlaza cuidadosamente una coincidencia y ata después una concordancia; entonces mira sonriendo el resultado: ¡una sospecha! Se dirige al espejo y le llama  a gritos, lo invita, entonces...espera.

El cauce blanco con claro de luna llena, va corriendo por debajo de lo aparente; por momentos parecería que, mansamente, se acercará hacia la orilla, siguiendo el canto de sirena que ella tararea con los ojos y las manos. El cauce de luna llena se deja poco a poco encantar, entonces, en un movimiento rápido, se detiene, zigzaguea, y luego decide tomar el camino más largo para llegar. Los polvos de la duda caen como cortina de lluvia sobre los deseos, retrasando el momento y el encuentro. Volviendo sobre sí mismo, el cauce esconde el brillo y la Luna interfiere e ilumina hacia otras vertientes.

Borges creía que todo encuentro casual es una cita, una modalidad del conjuro.  Aquí, en esta historia, hay una causa en espera del azar. Conjuro de letras, frases que develan secretos.

"¿Cómo alimentas el azar?¨, le grita a través del espejo.

Las cosas más simples son las que menos entendemos.





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domingo, 13 de enero de 2008

CARTOGRAFÍA Y ANATOMÍA



Cuando camines imaginando, cuando imagines viviendo reconocerás a los otros. Ellos han entrado tantas veces sin ver a través de los espejos. Nosotros los imaginadores, los reconocemos, nos reconocemos.

De inmediato al verte sentado, sonriente, supe quién y qué eras: palabras, luz, fuego, brasa ardiendo, calor compartido, pupilas abiertas hacia mí mirada, reacción inmediata.
Picasso
Necesito un cartógrafo que me indique el punto anatómico donde se encuentra la super respuesta; la geografía corporal es tan compleja. Super respuesta que deja humedades placenteras, savia indescriptible que se resbala lasciva y palpitante.

He permanecido dormida, mucho tiempo, en espejos de las alcobas; me he bañado también en los espejos de los baños. ¿Y quién no lo ha hecho? Nuestro propio reflejo nos persigue por todos lados; dejar atrás a la imagen es salir de los espejos, es salir y vivir.
8br /> Te espero en el lugar pactado y a la hora indicada. Te espero con mis labios del color de la pasión. Por debajo de mi falda, un liguero ansioso espera también, sosteniendo la urgencia trasmitida desde la entrepierna, y una sedosa media que acaricia el lunar acorazonado... ese que respira aromas de sándalo y miel.

Te esperan mis tacones altos y mi pantorrilla tensa al paso pausado. Te anhelo como se anhela la tierra viva que puede procrear al hombre.

Existe un espejo grande, ancho, donde permanezco, está roto por en medio. Lo más valioso del espejo es ese agujero, el agujero está en el núcleo del espejo.
Sin remedio sé que mirarás el agujero, te asomarás a ver, si descubres lo que esconde te regalaré un año de vida.

Un soñador soñado tiene la ventaja de caminar durante el sueño de manera retrógrada, cuando el cauce de la ensoñación permanece estática. Cada recorrido hacia atrás es una oportunidad de tiempo y acción, es un regalo para el que conoce de desembocaduras, de confluencias con estabilidad.

Suéñame y me encontrarás en el camino. Juguemos juntos el juego, cada sueño nadándolo a contracorriente, brindará juventud, despertarás más renovado una y otra vez.

Hoy te espero, hoy te encuentro, hoy te toco, hoy... te sueño.
Me gustas, me excitas, me inquietas… Eso es… Sólo eso por el momento. No abrazo ansias, no intuyo ni planeo.

Caminando por senderos conocidos he capturado minúsculas dosis de sosiego; la desesperación y la tristeza han salido por la gran puerta, dejando como huéspedes, patas largas de estabilidad y terminaciones abiertas al placer.

¿Cuánto cuesta desprenderse de los fantasmas?

¿Dónde y a quién le dejamos la aportación para lograr ser liberados de dogmas y mitos?

¿Dónde enseñan a disfrutar sin compromiso?

¿Dónde aprendiste (si es que lo sabes) a colocar las distancias?

¡Enséñame a entrar contigo al espejo!

¡Enséñame a no quedarme presa!



Mmmmmmm... ¿será que te perderás el banquete mi amigo?



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viernes, 4 de enero de 2008

NIVELES DE CONCIENCIA MISTERIOSOS












Cordissolitaria fue el primer mote que utilicé en blogger; por cierto, muy apegado a mi realidad; varios de ustedes me conocen desde esa época. Meses después cerré ese blog; me transformé en Mafalda; sólo una perspicaz Dama descubrió el rostro oculto de Cordis en el nuevo personaje. Me sorprendió cuando por correo electrónico me preguntó, entonces, obtuvo por su audacia mi secreto. Cuando lo revelé a varios más, no lo creían. Cordissolitaria se destapó de inmediato como médico, sus relatos intentaban mostrar levedad y cotidianidad, pero la melancolía no soportó el jaloneo constante, no toleró la mordaza.



Ahora leo los relatos que plasmé en esos día no tan lejanos.  Todos con personajes y ambientación bastante modificada. En esos tiempos me escondía de alguien. Pensé que estaba invadiendo espacios que no me correspondían. Como Mafalda también me ocultaba en muchos sentidos, pero me sentía más al tono; mi plan fue hundirme hasta lo más profundo en el mundo de la imaginación y los sueños, lugares bien conocidos por esta tecleadora. Hace unas semanas cuestioné a mi queridísima Juana Gallo acerca de empaparse de visiones y experiencias para poder darles forma a mis ideas, para lograr darles ambientación a mis locuras. "No Mafalda, no es necesario saber del mal de amores para escribir a cerca de eso, no es necesario llenarse la mirada de imágenes para inventar tus historias¨, me dijo con seguridad Juana.



Yo, Mafalda, sólo escribo para intentar entender la vida, entender a los demás y,  muy probablemente, intentar entenderme a mi misma.


Me presentaré nuevamente ante todos ustedes: Hola, en algún tiempo no muy lejano fui conocida en la Bloggosfera como Cordissolitaria, actualmente mi alter-ego es Mafalda. Esta presentación la llevo a cabo porque les contaré algo que en el blog del corazón solitario narré.








Miro





Me encontraba en un nivel de conciencia conocido como “CREDA” (bautizado así por una de mis amigochas), consiste en estar entre cruda y peda; cualquiera que haya experimentado el “CREDA” percatará que los sentidos y los sentimientos afloran de una manera bastante extraña. Sentada en el suelo, evitando (sin lograrlo) la visión divergente, llegaron de golpe y sopetón los recuerdos; pero no cualquier recuerdo chirulero, no, no, no; fue como un repaso de escuela, uno tras otro circularon con imagen y toda la cosa: mi primer novio, el segundo, el tercero; no me tarde tanto ya que no he tenido muchos así que no se asusten. Algunos los espanté como moscas molestas, sólo me detuve y medité sobre unos pocos, que por cierto tenían algo en común: misteriosos, intuitivos, soñadores, sensibles, hedonistas, que no buscaban solo placeres carnales, sino el gozo de la inteligencia y los sentidos. Aunque no lo crean (sé que el Pez y algunos más se van a molestar) la ternura en un hombre es un rasgo de sensibilidad viril. Los amores que siempre llevaré en papelitos y guardaré en cestos por mis rincones favoritos, y que merecieron la pena, fueron delicados sin dejar por ello de ser fuertes, enérgicos y vigorosos cuando se requería. Existe algo que me encanta (no creo ser la única) me gusta que me seduzcan: con la mirada, con el lenguaje corporal, con la peligrosa y al mismo tiempo hermosa palabra; pero existe una cosa importantísima que siempre me ha pasado y he experimentado en mis relaciones amorosas, siempre he necesitado admirar a mi hombre para amarlo.


“A” era bien pedo, pedo es poco, pedísimo. Quién sabe por qué azares del mula destino lo conocí, y para colmo que nos agarramos a besos. Por cierto he de mencionar que en el arte del beso “A” era bien bruto, creo que nunca tuvo la suerte de llevar un curso intensivo de besos antes de conocerme. El agarrón de besos fue un preámbulo para enseñarle algunas cosillas; no sé si él pensaba que su trompa no era muy adecuada o sabrá la fregada, pero el atarantado no la abría bien; y no se diga el movimiento de la deliciosa lengua, se atarugaba de inmediato si yo osaba menearla tantito.


“A” era más bien de caricias manuales, en ese aspecto se las sabia de todas, todas; bueno una cosa compensaba a la otra. Recuerdo que siempre que salíamos hacia algún lado, irremediablemente el loco terminaba pedo. ¡Ah carajo! y no se diga los fines de semana. Pensaran que yo intenté sacarlo del vicio, para nada ¿eh?.


“A” en estado tanto pedo como “CREDO” era súper el canijo, y con un sentido del humor maravilloso. ¿En qué coincidíamos?: en la música y los libros. He de contarles que “A” se pagó la carrera de Medicina cantando en los camiones; si alguien de México D.F me llega a leer, probablemente pudo haberse topado con él y hasta haberle regalado una moneda. Para serles franca cantaba chulo el condenado, tenía una voz medio aguardientosa pero melodiosa, tocaba la guitarra de pelos.


Era tan cínico el mozo que sabía que mi madre lo odiaba con odio entrampado, ¿Por qué sería?. Un día que siempre recordaré, ya que ha sido la única serenata (si se le puede llamar así) que me han llevado, bien pedo por supqesto, fue a cantarme en mi ventana; la canción la recuerdo bien "Niña Camba". Se armó bien y bonita en mi casa. Algún día les contaré sobre su vida antes de conocerme; por cierto “A” terminó la carrera de Medicina, y no me van a creer pero es Cirujano General, continúa estando loco por supuesto. ¿Y qué creen?: sigue siendo bien pedo....”posted by cordissolitaria at 6:14 PM





Carbonell


Perdón si ofendo a alguien con alguno de los comentarios que plasmaré. El tiempo y sus visiones, arrastraron irremediablemente muchas de las conclusiones que he venido plasmando día con día en este espacio.


Creer que todo se paga en esta vida es una vulgaridad de pensamiento y, para colmo, no es cierto. Imaginando que “A” sólo nació para pagar…¡¡¡ ¿pagar qué?!!! Yo admiraba inicialmente su fuerza de espíritu y los deseos desenfrenados de salir de un hoyo pronosticado desde antes de su nacimiento. “Nacido para perder” fue su leyenda desde que aplicó el primer grito en una casucha mugrosa del barrio de Tepito, el penúltimo de 11 desnutridos chamacos, y el único que se resistió a la tentación del dinero fácil. Mirando entrar y salir de la cárcel a familiares y amigos de pelota, “A” decidió a fuerza de coraje y orgullo ser diferente. Se enamoró locamente de “Y”, y esa fue su vorágine, de la cual nunca ha logrado sobreponerse. “Y” parecería que sintió algo por él en algún momento, “algo”, sip, así fue; y un día no planeándolo se embarazaron.


Criticado, discriminado, y por último rechazado por su hijo, “Y” y familia, “A” arrastró su origen humilde y se despreció a si mismo. Lo conocí en la etapa de demostración a terceros. Etapa donde no se es feliz, pero se demuestra a otros un valor desconocido para uno mismo. Beber como escape, para olvidar; me decía.


Platicábamos por horas, intercambiábamos música, libros, pero llegó un momento que lo dejé de admirar, me desesperó su falta de fuerza y su constante cobardía. El orgullo no le sirvió de nada, y nunca echo mano de la razón; porque la razón es como la bondad: sólo existe cuando alguien la ejerce. “A” siempre pensará que los tiempos remotos o pasados donde la presencia de “Y” como bálsamo sagrado que le daba sentido a todo, fueron los mejores.


Estoy de acuerdo en mirar de vez en cuando hacia atrás, hacia el origen, de esa forma nos reconocemos y le damos forma al camino que tenemos frente a nosotros. No estoy de acuerdo en quedarse varado en el pasado; porque sólo se puede vivir mirando hacia adelante.



-Me da una deprimencia, te juro.
-Usted quiere decir una depresión -pretende corregir ella.
-Nada de eso, m’hijita. La depresión es algo que te va haciendo bajar y bajar, y al final quedas más aplastado que una raya, acuérdate de ese animal del acuario. En cambio la deprimencia te va subiendo todo alrededor, vos te debatís, pero es inútil, y al final lo mismo, quedas por el suelo como una hoja.
-¡Ah! -dice ella que es tan respetuosa

¿En que estado te encuentras ahora querido, en deprimencia o en depresión?



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