martes, 13 de octubre de 2009

Del porqué no se consume literatura (o Arjona es ¿poeta?)...

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por Faustino López Rangel

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Por sorprendente que pueda parecer, el porqué no se consume literatura no tiene que ver en gran medida, desde mi punto de vista, con los escuetos apoyos del gobierno, la poca o nula promoción de los medios de comunicación o con libreros voraces: El porqué no se consume literatura tiene que ver con el porqué se consumen, con tanta facilidad, las teorías del complot (la influenza fue sembrada), las más grandes mentiras (los extraterrestres están en la Tierra), la música simplona y comercial (Maná y Arjona), las pararreligones (espiritismo, sectas brasileñas, brujería, etcétera), el new age (feng shui y otras disciplinas cuyas palabras terminan en eng, ing y, a veces, en ang), “filosofías” de autoayuda (El secreto) y un cúmulo de sabiduría masticada, deglutida y después ofrecida a los consumidores en pequeños trocitos con saborizantes, obviamente, artificiales.

El que no se publique –o se publique poca literatura– y todos los porqués anteriores comparten un mismo vínculo u origen: La pereza mental. (Para no extenderme mucho, no tocaré el tema de la obesidad: México es el segundo país con más obesos en el mundo; aunque también, la obesidad coopera con su granito de arena en el tema de los anteriores porqués, que se relaciona con el consumo de lo barato, de mala calidad y dañino para la salud.)

Mucho se ha dicho de los libreros gandallas, del escueto apoyo que ofrece el gobierno federal y de la insuficiente promoción que existe en los medios de comunicación para nuevos escritores o noveles obras literarias. Todo lo anterior es cierto; mas la verdadera causa del porqué la literatura no se consume, como mencioné, es otra: Pereza mental.

Suponiendo un escenario ideal donde el gobierno federal hace su parte, brindando apoyos más eficientes a la creación; los gobiernos locales (incluyendo DF) promueven de manera intensa la lectura; los medios de comunicación retiran uno o dos comerciales al día en los que nos dicen la manera correcta de comportarnos (no piratería, no cigarro, no gobiernos de izquierda, sí a Felipe Calderón, sí al impuesto de 2 por ciento –el nombre me encantó: “el impuesto para los más pobres”–) y empiezan a programar comerciales únicamente con el objetivo de promover la literatura; y, finalmente, las editoriales cambian los paradigmas capitalistas de comercialización. Entonces, todo el peso del consumo de la literatura recaería en la gente (sí, en la masa uniforme y deforme que “decide” –si es que ellos deciden– si algo o alguien se convierte en popular o no).

Un ejemplo hipotético: Una editorial decide cambiar su modelo de negocio; anteriormente destinaba 10 por ciento de sus publicaciones a literatura, 10 a ensayos, 40 a autoayuda y, el restante 40, a novelotas de 350 páginas bien interesantes, de mucho misterio religioso, acción y un toque de romanticismo, con portadas muy llamativas, dichas de otra forma: Best sellers. Ahora esta editorial decide implantar un nuevo modelo: Se destinará 60 por ciento a narrativa de calidad (cuento, novela, ensayo), 20 por ciento a ensayo científico, 10 por ciento a autoayuda y, el restante, a novelotas bien interesantes. Asimismo, esta arriesgada productora de libros sacará tirajes de, al menos, 5 mil ejemplares, como mínimo, por edición y destinará 6 por ciento de sus ganancias anuales a la promoción de su reciente estrella: La Literaura. ¿Qué pasaría? ¿Problema resuelto? ¿La editorial quebraría o empezaría a tener las ganancias que no había tenido en diez años? ¿La gente haría su trabajo? ¿Al fin, estaría consumiendo harta literatura?

Conclusión (obviamente, la conclusión es mía y me hago responsable de ésta): Dudo mucho que la editorial desplazara la totalidad de su catálogo; a la gente no le gusta pensar: Pereza mental.

La literatura siempre va a demandar inteligencia (no así Maná, por ejemplo). Situará al lector, si es receptivo, en nuevas disyuntivas. Pondrá en riesgo sus más implantados principios. Con probabilidad, lo sacudirá de forma intempestiva, peligrando su esquema de vida, pues tendrá que pensar. Le planteará interrogantes. El lector estará de cara a la realidad. En otras palabras: la literatura le hablará con la verdad, sea la que sea, y la verdad no es bienvenida entre la mayoría de la gente. Donde existe la verdad no puede coexistir la masa (esta frase es mía). La masa simplemente se deshará en presencia de lo verdadero: “Si quieres ser feliz, cree. Pero si realmente quieres saber la verdad, busca”, Federico Nietzsche.

Teorías del complot:
¿La influenza fue sembrada? Sí, claro, por Bush y sus secuaces secretos: la CIA.

Las más grandes mentiras:
¿Los extraterrestres están en la Tierra? Sí, lo juro. La amiga de un tío de un cuate al que no veo desde la primaria los vio en una taquería comiéndose unos de nana. De hecho, ella dijo que son como nosotros, pero, a la vez, no.

La música simplona y comercial:
Maná es la neta y Arjona es… ¿poeta?

Las pararreligiones:
La vecina del tres me la recomendó muchísimo; pienso que voy a ir a uno de sus templos a ver si me ayudan con mi hijo, porque creo se le metió el chamuco (habla solo y huele a petate).

El new age:
Desde que pinté mi casa de verde pistache, con claridad siento buenas vibraciones a mi alrededor. ¡Hasta me subieron el sueldo! (el siguiente mes trataré con el amarillo, pues dicen que es de más-más abundancia).

Filosofías de autoayuda:
Ahora soy lo que proyecto. El aquí y el ahora son lo importante. Mis pensamientos son imanes. Yo construyo mi destino. Me curo a mí mismo (el curso de tres días sólo cuesta 7 mil pesos). ¡Sí!

Y, finalmente, la literatura:
Claro que leo literatura; acabo de terminar “Por qué los hombres aman a las cabronas”. Porque es literatura, ¿no?


çççççççç




PD: Faustino López, mi compañero de taller es todo un personaje. El punto de vista de Samperio con lo que respecta a mis textos es muy importante y me gusta que esté complementado por la mirada crítica, juguetona y puntillosa de este hombresote guapo y de corazón gigante. Espero que algún día me permita postear alguno de sus relatos, cuentos o microficciones.


FIRMA: Un ser de este mundo








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15 comentarios:

marichuy dijo...

Mafis y Faustino

Querida, dispensa por no aplicar mucho seso a este bobo comentario. En la noche, desde mi casa, comento como es debido (estoy en un Cyber y ya no me da tiempo de leer con calma, pues me tengo que regresar a mi cárcel oficinesca), pero el titulo de este post, me recordó una “máxima” que me divierte mucho:

“Si el Infierno existe, seguro está musicalizado con canciones de Arjona”

Besitos Mafis; por la noche vuelo

La abuela frescotona dijo...

creo que parte de la incultura literaria comienza en los primeros años de escuela, yo recuerdo mi primer libro de lectura escolar UPA,ademas el costo y los tiempos son distintos ,la familia no es como antes que leia a sus hijos y ellos leian su revista mensual, todo eso fomentaba la atracion por el libro,ahora los costos no dan,y la inmediatez remplazo a los libros-

LUMPENPOETA dijo...

Mafalda, tienes razón. Agregaría que la pereza mental, no es más que una condición de esclavos, es decir, el conocimiento es poder. La literatura se crea en un espacio personal de libertad (...el Poeta es un pequeño Dios. Huidobro) y se recrea en quien la lee. La era de Gutemberg se acabó (McLuhan), reina el imperio neoliberal de los medios electrónicos que producen y reproducen un hedonismo fugaz bajo distintos formas comerciales de consumo; desde luego, el libro en general, y la literatura en particular, quedan rezagados del placer mediático de las mayorías. La literatura libera, es portadora de conocimiento, es capaz de transformarnos porque toca el centro humano del ser: los sentimientos y se requiere entablar un acuerdo lectura-imaginación, es decir un compromiso entre lectura-lector, que con el dominio de la imagen televisiva, sin dinero, sin tiempo, sin capacidad de imaginar, en un país donde cuando los niños nacen, crecen bajo el estigma de tontos, de que leer es aburrido y aprender no es necesario para hacer dinero, la literatura significa perder el tiempo en esta sociedad vertiginosa, fugaz y deliciosamente esclava donde las mayorías lamen sus coyundas bajo el amparo de la tele y sus derivados.

Saludos para Cornelio ¿Dónde anda? y besos para ti.

marichuy dijo...

Mafis

Ya regresé.

El comentario de la Abuela me recordó mi historia personal: yo aprendí a amar la lectura cuando aún no sabía leer: escuchando a mi tía cuando le leía a mi Abuela. ¿Y qué le leía? Desde cuentos de terror de Edgar Allan Poe, hasta las tragedias rusas retratadas por Gorki, Tolstoi y Dostoievski. Ya más grandecita empecé a leer cosas más aptas para mi edad, pero también cosas muy fuertes… sólo a mí se me podía ocurrir (por ejemplo) leer "Naná" de Émile Zolá a los 14 años (cómo no me iba yo a volver medio loca, jeje)

Lo que dice Faustino tiene que ver tanto con lo que te enseñan en casa, como con algo muy triste: dinero es dinero. No todas las Editoriales ven el panorama en toda su amplitud y así como editan éxitos novelísticos del tipo Harry Potter, El Código Da Vinci o libros de autoayuda como los Caldos de Pollo (que saben les asegurarán grandes ingresos), en contrapartida se arriesgan publicando libros de mayor calidad literaria... pensándolo como un esquema compensatorio.

Y luego está la pereza mental del lector. Ante eso no hay más qué hacer. Una población (como la mexicana) que ve en promedio cuatro horas diarias de TV, nutriéndose de lindezas como los “Ventaneando” y similares (y ambientando su día con las rolas de Arjona), va alentando sus neuronas (digo yo) y por ende no va a querer “desgastarse” leyendo a un autor como Umberto Eco, teniendo alternativas tan ligeritas como la vida y milagros de las luminarias del canal de las estrellas o bien, esos maravillosos libros de autoayuda del tipo:

“Como cazar a un millonario en cinco días”

En fin, tema complicado

Un beso

Champy dijo...

Ok amiga.

Un par de anotaciones.

Si, los mexicanos somos de a madre perezosos.... esta pereza es adquirida? o nos la pasan adentro de la pancita nuestras mamacitas?

En estos tiempos y fechas y épocas en que lo que rifa es hacer lana, y hacer rodar la lana (en sentido hacía el de cada quien), tu crees que a los señores de las imprentotas les va a importar andar educando o fomentando la educación y el crecimiento de un pueblo?

Si no le interesa a quien debería por que a ellos?

Ya no hay hombres. Los moldes con los que fabricaron a Pancho y a Emiliano se los robaron los pinches rusos, y eso, enfureció a los pendejos gringos, por eso ahora nos endilgaron la Influenza... dicen.

Oye amiga.... Saludame mucho a Faustino, me ha caido muy bien, me parece muy bien parado, cabe perfectamente en la horma de sus zapatos, tiene todo claro y estructura padre.... y que te quede claro que no me estoy dejando llevar por el retratoi maravilloso que hiciste de su persona no, solo me baso en lo que acabo de leerle a él. Pero si tu quisieras, puedes hablarle muy bien de mi, creeme, no me voy a ofender, al contrario. Si necesitas ayuda con toda confianza preguntame lo que quieras.

2046

Ay que feo soy ya me andaba olvidando de Corne...

JP dijo...

-- Mafis, me encanta tu conclusion,la LITERATURA nos puedes salvar a pesar de que la tienen crucificada, a pesar de su fantasia nos encara a nuestra realidad, muera Arjona! viva la buena literatura!

Aurore Dupin dijo...

Ambientado con ¿música? de reggaetón y Arjona, con hojas de fluorescentes colores y ¿citas? de los mejores libros de autoayuda (o del Reader's Digest, pa'l caso), pósters de FeCal y un jefe con cara de Droppy se encuentra el infierno en la tierra: secretaría de salud.

Ehm.

Bien dice el maestrísimo Sabina: los gimnasios están llenos, las librerías siguen vacías.

Ah, es que al hámster le encanta remolonear...frotarse en la jaula, mordisquear semillas, arrebujarse con sus compañeros, aparearse sin distinción ni elección...esa rueda da tanta flojera...

Marina Agra dijo...

Bueno, después de este ensayo, no sé cuánto podré agregar. Más bien quisiera decir que estoy de acuerdo. Fundamentalmente con que gran parte de nuestras sociedades (qué interesante que seamos de distintos paises y al mismo tiempo víctimas de las mismas situaciones que se guardan bajo el paraguas del capitalimo) tiene pereza mental. Y cuánto tienta a veces esa pareza. Y si a eso le sumamos que culturalmente recibimos poca influencia para desactivar esta pereza y en cambio mucha(pobes humanos) que nos dan la ilusión de que la vida va a mejorar, de que todo puede ser magnífico, el camino hacia la literatura parece embarrado. Una pena, realmente, porque creo que la literatura es vida. De la real. La maravillosa, la ruín, la desgraciada, la de las mil posibilidades.

Muy interesante, Mafalda. Un placer! Te dejo un beso.

Workaholica dijo...

Yo diría que:

El gusto por la buena literatura... se mama!!!

Besitos mi Mafis chula!!!

Edmundo Dantés dijo...

100% De Acuerdo!!!!

LUMPENPOETA dijo...

Mafaldita, solo pasé a dejarte un saludo en viernes. Besos.

Incitatus dijo...

Y "aluego" entonces?
Sí, la queja es buena, pero... ¿ y la solución?
Todos sabemos que la huevonada mental es la que nos "obliga" a darle la espalda no sólo a la literatura de verdad, sino a la cultura en general. Pero, ¿y "aluego" entonces?
¿Cómo la erradicamo?
¿Ponemos nuestro granito de arena de qué forma? ¿Cómo vencemos a la industria que fomenta toda esa "Pereza mental"?
¿Con "vivas la literatura" y "mueran Arjonas" ya la hacemos? ¿Hacemos un mítin junto a los del Sindicato de LYF para ver si nos pelan los huevones mentales?
¿Quemamos los discos de Maná y los libros del Secreto (que dicho sea de paso, yo sí creo en la Ley de Atracción) frente a Palacio Nacional para ver si el buen Marcelo nos obliga a leer literatura verdadera cada que subamos al Metro?
Si es díficil eliminar la pereza física, ¿cómo erradicamos la mental?
No, yo tampoco encontré las respuestas.
Un saludo y muchos, muchos puntos suspensivos...

El viento a contramano dijo...

Interesante postura. La verdad que la pereza mental es una de las principales plagas de la sociedad moderna, y no sólo en el aspecto literario, sino en cualquiera, ya que la gente, o la mayoría de ellos, se conforma con dar lo necesario para sobrevivir, pocos se preocupan por sobresalir y buscar. Pocos intentan escaparle al promedio… y ¿por qué? Por que es mucho más cómodo ser promedio.
¿Cómo salvar a la sociedad del mal de pereza mental? La verdad es que es difícil. Yo creo que en este punto hay que ser individualista y tratar uno de escaparle al promedio.

Bueno, la verdad que es interesante lo que hacés en este blog. Te dejo un saludo, espero haber cumplido los requisitos para comentar, jaja… hasta pronto.

Mafalda dijo...

...



Gracia a todos por sus comentarios.
Esperaba que mi amigo Tino respondiera ellos. Creo que sintiò que si lo hacìa, invadìa parte de mi espacio.

Aùn asì seguirè insistiendole para que se anime.

Saludetes a todos.



Mafalda

Incitatus dijo...

Pues con esas restricciones Mafis, yo creo que hasta tu amigo Tino le piensa en responder, jajaja...
No es cierto guapa, saludos y (...)

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