lunes, 9 de febrero de 2009

Aprendiendo quiromancia en hojas de árbol...






Esperaba encontrarla sola. Tengo semanas intrigado por sus rutinas. Sale cada mañana hacia su trabajo con ese caminar arrastrado, como si estuviera contando los pasos. Llega al final de la barda con reja y besa al colibrí que la espera entre las ramas de un abedul, entonces sale disparada a tomar el autobús. Regresa un poco antes que yo, y desde la ventana de mi habitación la observo barriendo la acera de esa casa rara, pintada de varios colores.






Es extraño cómo barre. Durante el procedimiento jala con la escoba lo que encuentra tirado, abre completo el zaguán y empuja los escombros hacia dentro del jardín de la casa. Rescata las hojas de los árboles, se entretiene mirándolas a contraluz. Ignoro qué es lo que toma en cuenta para elegir con cual se queda. Por último recoge y tira en un bote lo demás. El colibrí le ayuda, levanta con el piquillo cada una de las hojas elegidas, y creo, las coloca en algún lugar de la casa. Los miércoles corta margaritas de su jardín. La miro después sentarse sobre el pasto deshojándolas. Luego, baila y canta con el colibrí aleteando a su alrededor. Desde que descubrí lo de las margaritas, entiendo porque muchos jueves encuentro pétalos en el balcón de mi ventana.






Le gusta ir a escribir y a leer al café Rivoli, a dos cuadras de distancia de la casa. Yo prefiero el encierro entre libros y música. El día que descubrí el café, ella estaba en una de las mesas escribiendo sobre hojas de árboles, eso me intrigo, decidí entrar sólo para saciar mi curiosidad. Entretenida y con una tiza blanca, escribía una letra o dos, según el tamaño de la hoja, y después de formar una palabra abría un morral negro de fieltro, metiéndolas en cualquier orden. Otra bolsa de fieltro rojo, guardaba las hojas sin letras. Terminó de pintar letras hasta que, del bolso rojo no logró sacar material para escribir. Pagó su cuenta y se fue. Otro día la encontré en el mismo lugar leyendo. Casi siempre, llega a su casa después del ocaso. El colibrí la espera en el abedul. Los martes no sale.



Esperaba encontrarla sola. Presentarme y platicar, conocerla.









Karina se acomodó el escote de inmediato cuando lo vio entrar a la cafetería. Es un reflejo que le conozco de años. Con la mano derecha tira con fuerza la parte delantera de la blusa, haciendo más pronunciada la V, entonces libera su coquetería de dos en dos. Primero los senos, y luego las piernas al cruzarlas.



Mi vecino(sí) pasó por un lado de nuestra mesa. Rozó el aire que compartíamos. Solicitó su café, y fue a sentarse en la mesa más alejada del local para esconder lo evidente. Lo que él no sabe, es que Karina y yo también sufrimos de soledad.



---Mira tú a este, ni que le fuéramos a robar la melancolía -dice burlona Karina-. He robado besos, abrazos, miradas, suspiros; nunca se me ocurriría robar melancolía; tengo de sobra hasta para regalar.



---Me llegó una carta de la mujer de mis sueños.



--Será del hombre de tus sueños, ¿no?



--No Karina, de la mujer de mis sueños. Esa que te he contado que sueño desde hace ya mucho tiempo -le decía a mi amiga, que miraba sin discreción al vecino(sí).



--¿La mujer? ¿Cuál tú?



--Si me tomaras atención sabrías de quién te estoy hablando. ¡Deja de mirar a mi vecino(sí) y pélame!



--¡Cómo! ¿Es tu vecino(sí)? Oyeee, ¡presenta no seas díscola!



--Ni lo conozco, sé que es mi vecino(sí) porque un día lo miré salir del edificio frente a la casa. ¿Me vas a escuchar o mejor me regreso a platicar con Cornelio? A veces creo que él me entiende mejor que cualquier persona.



--No, no amiga, no te me pongas brava. Pero no me negarás que está para comérselo enterito –lo observé con el rabillo del ojo, tuve que darle la razón con una sonrisa-. Bueno pues, perdón. ¿Qué decías de la mujer de tus sueños?



--Me llegó una carta de ella. ¿Recuerdas que te conté …?



--Sí, sí, lo recuerdo; pero no entiendo eso de que te llegó una carta. ¿Conoces a la mujer que sueñas?



--No.



--¿Entonces?



--Pues me mando una carta.



--No inventes -me miró, leyó mi silencio y expresión, entendiendo que yo hablaba en serio-. Te escucho –me dijo.



Le hablé de la carta, de los timbres antiguos. Le dije que Dorotea sabía mi nombre, y que ella también me soñaba, le conté acerca de los vacíos.









¡Eternas! Eso son las soledades que inundan las calles. Yo, Emilio, formo parte de lo que anega el espacio. Soy soledad eterna. Soy un iluso creyendo que me invento cada día. Y cada día que pasa no dejo de pensar en ti. Cada que digo algo, me dibujo en la mente del que me escucha; mi silueta se traza sin obedecer a la mentira que le doy a las palabras. Y sin embargo esa mentira, es también mi realidad. La realidad de estar solo, la realidad de no dejar de pensar en ti. En la búsqueda de compañía, me encuentro de frente con la soledad. La toco, la acaricio, la recuesto en mi cama. Hoy desperté solo, me engañe dibujándote, y envuelta en las sábanas me decías “te quiero”. Aunque en realidad, envuelta entre las sábanas había una carta que decía “hasta siempre”…









Karina no regresó a su casa hasta que le enseñé la carta. Se fue asustada. Salí a sonreírle a la luna, creo que mi vecino(sí) también. Desde su balcón parecía que contaba estrellas.












FIRMA: Un ser de este mundo.





















____________________________

23 comentarios:

marichuy dijo...

"[...]He robado besos, abrazos, miradas, suspiros; nunca se me ocurriría robar melancolía; tengo de sobra hasta para regalar."

Mafalda

Me encantó este párrafo. Creo que algunos seres solitarios, como el vecino de la narradora, solo tienen su melancolía, por lo que la cuidan con celo.

Me encanta como va desenvolviéndose la historia, mi Mafis.

Y sobre lo que dice Emilio, sabes? creo que tiene razón, hay algunas soledades que de tan eternas se vuelven la mejor acompañante, esa que como a Emilio, duerme a tu lado en la cama.

Un saludo
Marichuy

PS Como yo ando escasa de delantera, ni al caso acomodarme el escote así como Karina, je; pero se me hizo un gesto muy femenino.

Jo dijo...

a veces quiero simplemente pararme... y no permitirle al tiempo que se cuele... a veces quiero correr en medio de dias soleados y no saber de nadie.. ni de mi... como una anarquista perdida... a veces tan solo quiero estar cerrando los ojos con los brazos abiertos mirando hacia el cielo y dejar que la lluvia me moje sin pensar en esos torrentes nunca mas...
a veces queria tener esperanzas y que decidieran por mi. No quiero empezar a detestar al amor y es por eso que lo digo con plena conviccion.
me niego a seguir arrastrando tristeza a consecuencia de lo que siento y llevarla conmigo a donde quiera que vaya la nostalgia puede ser peligrosa, lacera y causa ciertas grietas justo como esas lineas que lee uno a traves de hojas, creo que a muchos nos sobran las soledades y esas no se cubren aun cuando tengas delantera... je

MauVenom dijo...

Mafaldita

Te leo y pienso que vivo en tu historia. Creo que en algún momento aparecere en ese café y me pondré a escribir sólo en otra mesa. Creo que en mi caminar he visto pasar varias veces a Cornelio. Me parece ya saber que dicen en conjunto las hojas de aquella otra vecina. Siento que mi soledad forma parte de ese estético rompecabezas que te armas con cada nuevo post.

(Te sonrío).

Pero cometes un error constante en tus textos. Tu firma. No Mafalda. No eres de este mundo.

Muchos besos aquí tu amigo y fan.

Workaholica dijo...

Soy un iluso creyendo que me invento cada día. Y cada día que pasa no dejo de pensar en ti.

No cabe duda amiga, que nosotras somos las ilusas.... no nos podemos inventar..... ya somos !!!! (y a mucha honra... jajaja)

Besos mi Mafis

AndreaLP dijo...

Siempre que te leo me embebo... y me embobo pensando instalarme en ésa mesita de café o en la ventana mirando a la vecina recoger las hojas.

Un abrazo.

Diego Fabián dijo...

Sigo confundido con la historia, aunque de a poco le voy cogiendo el hilo y empiezo a adentrarme en ella...

Lo que me sigue intrigando es el papel de Dorotea... Estoy seguro que tiene que ver con el pasado de Ateh, pero voy a esperar las siguientes partes para ir confirmándolo o descartándolo...

Por cierto, ese acomodo del escote (y las piernas!!) de Katrina me erizó el cuerpo... (Jajaja...)

Vengo a dejarte un abrazote San Valenteniano, mi Mafis... Mañana me pierdo de la civilización unos días y talvez no alcance a la fecha precisa...

Un abrazotototototototototeeeeeee!!...

e. r. dijo...

hola mafalda! ahora sí le estoy agarrando más el hilo a la hostoria (he notado que otros dicen cogiendo pero este verbo me sonroja, je). me gusta mucho. saludos

Anónimo dijo...

"y la leyenda cuenta que el buscador de quimeras no podia sacarla de su mente, justo en el momento en que era deborado por una de ellas, y luego desapareciò para siempre"...

gaby saenz dijo...

Yo quiero un cornelio en casa... y margaritas tambien XD
gracias por pasar, espero que ahora si los colores sean de tu agrado en la siguente vez

Mafalda dijo...

...

Marichuy:
Hay quien carga la soledad como una condena. Existen otros que se reconocen en la misma. Creo que los últimos son los que más la disfrutan. No se enfrascan en rollos y frustraciones. Más bien trabajan en llenar los vacíos, tomando de la mano y acompañados de la soledad.
Oye Marichuy, cualquier escote que resguarde una talla (la que sea) mostrado con coquetería, llama la atención. Pregúntale a los cavernícolas jajajajaja.


Jolie:
A mi Emilio le llegó en momento de aprender de si mismo aprehendiendo a la soledad. Yo ya me canse de recriminarme y recriminar a las circunstancias; llegó (o mejor dicho me llegó) el momento de sacarles provecho, por eso escribo con mis tizas de colores y mis lápices…historias, lleno vacíos. Por cierto, la marca de mis tizas y lápices es Melancolía te los recomiendo, son muy buenos. Aquellos que se saben solos y se aceptan solos, no tienen porque esconder sus atributos, les pueden ayudar a compartir soledades, ¿o no?
Jejeje
O.o


Mau:
Cuando veas a Cornelio pon un poco de azúcar en tu palma, verás que es bien fácil convencerlo para que se acerque. Mucha gente dice que soy marciana jejeje, yo me siento más bien venusiana…Me alegra que te guste mi historia.

W:

Reconocerse, aceptarse y quererse, es el trabajo diario del ser humano mi amiga. Yo soy soñadora, solitaria, melancólica, muchas veces ingenua…¿y qué! Estoy de acuerdo mi W, ¡a mucha honra! Besos amiga.

Andy:

¿Sabes? Me siento bien cuando alguien “mira” mis imágenes. Gracias por leer.

Diego:

Vivimos de absurdos mi amigo. ¿Por qué insistes en mirar a Dorotea? ¿No has pensado que a lo mejor estás viendo al personaje equivocado?
¿Verdad que la acción de coqueteo, nada tiene que ver con el tamaño y la belleza del atributo?
Feliz día para ti mi amigo recién casado.


e.r:
Estas palabras venidas de usted me hacen sonrojar, así como a usted lo pone colorado la palabra coger jejejejeje. Es un alago que le gusten mis letras.

Anónimo:

Tan no desapareció que está contando su historia. Si la quimera que lo devoró lo hizo calmar añoranzas, logró hacerlo olvidar y sacarla de su mente…creo que valió la pena.

demeter.saenz:

Canijos Cornelios, son difíciles de tenerlos quietos en un lugar. Las margaritas son bellas ¿verdad? Fui de curiosa a tu blog, veo que somos colegas. No sé cómo era tu blog, pero en este momento se observa bonito. Te visitaré con más calma en otra ocasión. Gracias por para por mi casa.

COMO DIRÍA MI DAMA ANGEEK: ANDO CON ALGO DE LABURO. TENGO TAREA PENDIENTE Y ME ATRASARÉ EN VISITARLOS. PERO TENGAN POR SEGURO QUE NO LOS OLVIDO. GRACIAS POR LEERME.

Mafalda

Susana S dijo...

Mafalda:

Sigues volando, sigues soñando, empiezo a sentir tu alma más libre, me alegro por ti y ya sabes que te acompaño en la travesía.

Con cariño

Anónimo dijo...

Si uno se inventara diariamente entre libros, cafés, colibríes y margaritas, seguramente no se nos escaparían tantas cosas lindas...
Cuántas cosas carambas, y las pierde uno tan fácil...!
:)

Diego Fabián dijo...

Pues, no se mi Mafis... Dime, ¿hay algún personaje equivocado?... Si bien Ateh es la protagonista, acaso no lo es porque el resto logra que lo sea??...

Me intriga Dorotea porque ella le da sentido a la historia... (o sea, le pone el toque de incógnita y suspenso necesario)...

Y si, debo darte la razón, la acción de coqueteo nada tiene que ver con el tamaño y la belleza del atributo...

Otro abrazo San Valenteniano, mi querida amiga... (aunque atrasadito, pero ya te dejé uno antes, eh!!...)

Angeek dijo...

Paso a dejar saludos laburosos.

AndreaLP dijo...

Paso a desearte un estupendo fin de semana. Espero que no te moleste porque con eso de que ya me regañaste por ser feliz... Jajaja, es broma, Mafis. Sé que todos tenemos una situación personal distinta y percibimos las cosas diferentes. Es ahí dónde radica lo rico de éste asunto que es la vida.

Un abrazo.

Mafalda dijo...



Susana:

Así es mi amiga, aquí practicando el fino arte de la locura, de andar en sueños, y de atravesar los pasillos de aire que conforman la fantasía. Espero encontrarte algún día.

Arian:

Mi Chus, usted también luego anda perdida entre muchas de esas cosas. Hay que librarse de fatalidades escribiendo, es chido, no cabe duda.

Diego:

No digo que Dorotea no juegue un papel fundamental en la historia, al contrario, ella (Dorotea) te dirá más adelante más cosas. Sólo te recomiendo que no te desesperes jejeje. Gracias por el abrazo adicional.

Angeek:

Te envío saludo y también mail.

Andy:

Que te voy a estar regañando por ser feliz. ¡Nel! La neta no va por ahí. Si pues, cada una con su punto de vista, eso está bien. Pero yo nunca me enojaré ni envidiaré a los que son afortunados. Cada vez que miro eso (la felicidad de otros) me reconcilio de a poco con la vida. Gracias por los deseos.

Mafalda

Fernando García Pañeda dijo...

La historia flota dulcemente, Mafalda. Parece volar sí sola. Aunque todos sabemos lo que cuestan esas apariencias, ¿verdad? ;)

Kix dijo...

Ay Mafis adorada, ahora sí que me ausenté una barbaridad!!! Mira que el post es desde el 9 de febrero!!

Pero pues aquí me tienes, dejándote un abrazote!!

Organicemos una salidita mi Mafis. Oye te mandé por ahí un email.

Martha Avelina Rojas dijo...

Pasaba or aquí... un saludo

Workaholica dijo...

Se te extraña !!!

Cómo vas ?????????????????????

Besitos

Anónimo dijo...

Mmm... Da...
Solo pasé a saludar.. y pues espero andes bien no?
Un abrazo

Incitatus dijo...

Como el vecino(sí) entro de nuevo al barrio.
Veo hogares antiguos y alguno que otro inquilino nuevo.
Entro despacio a casa y procedo a acomodarme en mi sillón. He pasado antes al Rivoli y busqué a la loca de las letras de tiza en hojas de árbol. No la encontré, pero sí un ramillete de plumas de colibrí pintado con tiza de colores.
Sonrío ante el recuerdo y recuerdo también el escote de Karina.
Ojalá me observara también como al vesino(sí), pero no importa.
Estoy en casa, cierro la puerta y sólo dejo puntos suspensivos...

Mafalda dijo...

...

Gracias a todos por su visita.

Fer:
Sí, para que la historia se aligere y vuele, cuesta trabajo.

W,Kix,Arian,Ave:

Saludotes.

Incitatus:

¿Cómo? ¿No la vistes? Y eso que se la pasó jalándose el escote. ¡Caray!


...


Mafalda

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