Escuchar la canción es entender aún más el contenido de esta entrada. Una historia que se cuenta por si sola y se recuerda mucho más al ritmo de un baile de letras acompasadas.
La abuela siempre fue regia en carácter y en acción, se hacía presente sin hablar; lo que dialogaba era su porte, sus arrugas, sus movimientos. Durante el día, marcaba el ritmo de las horas con la rutina del desayuno y después, con el de la comida. Cuando la noche ceñía y empujaba la claridad, el ritual era prepararse una yema (así le llamaba la abuela). Un pocillo viejo y boludo recibía leche, azúcar y chocolate, todo esto se batía de manera constante al calor del fuego; en el momento adecuado la yema de un huevo se adicionaba al este líquido color café; los movimientos del pequeño molinito se tornaban más amplios y acompasados (para que no se cortara); diez minutos después del último ingrediente estaba terminado el delicioso brebaje. Los nietos a su alrededor estiraban sus respectivas tacitas y una pequeña dosis era compartida.
Un rito adicional y constante se realizaba también, consistía en llenar de agua un vaso de cristal, colocándolo por debajo de la cama del lado donde ella dormía.
-Te preguntarás el porqué dejo este vaso con agua aquí -cuestionó a su pequeña nieta una noche. La mirada curiosa e inquieta le respondió afirmativamente.
-Cuando la calidez del sueño llega y me abraza -empezó a explicar la abuela. -Me desnudo el alma y me voy nadando reconfortada hacía mi riachuelo. Esta agua clara es una entrada al caudal que me lleva hacia él, hacia mi río y entonces allí veo, visito a mis amigos, a mis hermanos incluso te he visto a ti pequeña, pero aún no sabes nadar, es por eso que no me has visto. Dicen los que saben -continuo explicándole la abuela -que realizar el nado diario nocturno, fortalece tu visión del alma incluso puedes vivir lo que vendrá.
-¡Abuela, abuela!, no te duermas, ya aprendí a nadar -un día le dijo la pequeña con alegría.
-¿Cómo? ¿Sin vaso y sin agua? Jajajajaja, no te creo -le contestó la abuela.
-¡Así es! -le dijo la pequeña orgullosa. -Yo no lo pongo debajo de mi cama, yo lo imagino y me duermo soñándolo y después, floto en las marejadas de agua. ¡Ah! Y por cierto, ya te miré. ¿No me viste abuela? Estabas bien vestidita y con tu rebozo de colores, ese que tanto te gusta y tus manitas en el pecho bien dormidita. La abuela cerró los ojos y los escondió, estaban anegados de ese líquido salado.
Cuando la abuela murió, llevaba ese, su rebozo con todos los colores del arcoíris y sus manitas delgadas, huesudas, acariciaban su pecho. La pequeña nieta coloca un vaso de cristal con agua para que nade el alma de la abuela y la visite todas las noches.
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La ocasión que lo visitó por primera vez (antes de conocerlo) un atropello confuso colmaba su corazón. Logró mirar sus ojos y sintiéndo su mirada, no pudo traducir la realidad, ni mucho menos lo que sucedería después. ¿Fue visita o sueño? Lo asoció a lo último de manera correcta y el nombre que le puso también fue acertado.
Dicen que los sueños son deseos reprimidos. Los ojos donde ella se miró en sueños, aparecieron un día; un encuentro inesperado.
Él apareció, portando los mismo ojos que traía puestos en su sueño. Tenía voz adecuada. ¡Que impulso tan placentero! (sintió ella)Le habían inyectado una fuerte dosis de locura, de sensualidad y de pasión. Pronóstico... incierto.
La abuela le había enseñado a nadar, a visitar, a soñar, a dejar mensajes y recibirlos, pero no le enseño a descifrar tormentos y torbellinos. Porque hay quienes saben soñar, saben recordar los sueños después de despertar, pero pocos son los que sueñan para recordar.
Hoy no llovió, sólo fue una amenaza. La circunstancia estuvo ahí aunque atorada. Ni las nubes cumplieron su promesa; sólo acompañaron la ilusión de un suceso que se trabó. Día nublado, nubes grises tomadas de la mano cerrando el techo azul. ¡Espera inútil sin sentido!
Componemos los momentos de acuerdo a nuestros deseos, entonces nos vestimos a la usanza antigua de la belleza: brillante sutil y plañidera que no es arrebatadora ni grotesca. Su pelo largo y negro, exhalaba motivos de madera que desde pequeña son la marca del humor de sus ideas.
Su esencia lo perfumó.
Él... regalaba imagenes: manos amplias, varoniles, protectoras. Nalgas duras a la medida de su agarre. Pecho florido, amplio, reposable. Ella no logró levantar por completo la mirada... no lo resistiría.
Será mejor siempre, recordar soñando y nadar para visitarlo…
“Soledades juntas”
FIRMA. Un ser de este mundo.
Hubiera preferido
Ser huérfano en la muerte,
Que me faltaras tú
Allá, en lo misterioso,
No aquí, en lo conocido.
Haberme muerto antes
Para sentir tu ausencia
En los aires difíciles.
"Manuel Altolaguirre"
Ser huérfano en la muerte,
Que me faltaras tú
Allá, en lo misterioso,
No aquí, en lo conocido.
Haberme muerto antes
Para sentir tu ausencia
En los aires difíciles.
"Manuel Altolaguirre"
FIRMA. Un ser de este mundo.
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9 comentarios:
Hermosas las enseñanzas dejadas por la abuela, a veces, uno va caminando a tientas y un vaso de agua quizá hubiera sido un buen guía... me encanta, tu narrativa es cada vez más asombrosa... un abrazo Mafis, ah! y buena tu redecoración, condecoración y la foto... me gusta mucho mucho tu casa, perdón... es que no he dormido mucho ultimamente... y me hace falta soñar... ;O)
wuoo
Uyyyyy, mi Mafis... Hoy si que me perdí!!!...
Ya mismo vuelvo a leerlo con más calma, porque para serte sincero, me perdí entre el vaso de agua, la estrella más lejana... y las manos que exitan!!!...
Jeje... Veo que andas recibiendo muchas condecoraciones últimamente, mi Mafis... Felicidades!!!... Te las tienes bien merecidas!!!...
Un abrazo...
En alguna parte se pierde el hilo, pero no deja de ser sublime.
El recuerdo de los abuelos de quienes recibimos más que amor es el que a veces nos hace soñar.
Un abrazo
Felicidades por ambos regalos
Mi Mafis también te he dejado 2 premios en mi espacio, pasate a recogerlos.
Besos mujer
Mi querida Mafalda, Creo que no fui el único en perderse un poco! Jajaja ufff, menos mal, porque luego ya dudo de mi cabeza. No te preocupes, como siempre necesito leerlo como 3 veces en diferentes ocasiones para comprenderte bien, pero siempre acabo de hacerlo al final.
Te dejo un abrazo :)
¡Me gustó mucho la canción!
Pero por alguna razón me puse triste.... :-(
Te dejo un abrazote mi Mafis hermosa!
Hermoso , ahora que soy abuela lo entiendo mejor !
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