jueves, 13 de abril de 2006

EL DEDO MEDIO





Somos una familia muy sui-generis, los típicos mueganos, por donde sea todos amontonados y juntos.  De una época para acá mis venerables sobrinos y sobrinas (que por cierto son canijos)sacan ondas raras .
Se les ocurrió organizar una reunión de fin de semana, teníamos que llevar chones para determinadas personas.  Los calzones debían ser chuscos o con algo especial. A mí me correspondió comprarle chones a mi hermano mayor; le escogí unos simpatiquisimos, tenían una trompita de elefante donde está la mangerita masculina.

Esta historia que les contaré la causaron los choninos que tuvo a bien darme uno de mis simpatiquisimos y llevadisimos sobrinos: biquini fondo blanco con una boca abierta en el lugar correspondiente a cada nalga aparentando morderla.
No pensaba ponermelos pero un día decidí que con mezclilla no problem.  Me sentí comoda con ellos; hay algunos calzones que me acomodan agradable.
Bueno, la segunda parte de éste drama ocurrió hace unos días, ya ven que está el clima en su apogeo, un calor cabronsísimo, yo muy mona me pongo los choninos en cuestión y cuando voy a decidir las garritas que me pondré, veo un vestidillo fresco que tengo, de esos con gasita delgadita y tirantes, no muy corto ni muy largo, color beige, pues que me lo pongo.
Llego al estacionamiento donde trabajo, dejo el carro, y voy hacia el edificio:  para hacer esto tengo que cruzar una avenida amplia, en ese momento, sabrá la fregada por qué había aire, la cosa es que cuando voy cruzando... uffff el pinche aire me levanta la enagua por detras y yo creo que enseño los chones, las patas y creo que nada más, ¡ay!  Me doy vuelta con ya saben la sonrisa tonta... me bajo el vestidillo y viene otra vez el jijo aigre' y me lo vuelve a subir, la cosa es que ahi me tienen a mí, como vil estupida y todos atacados de risa. Por fin controlado el enaguazo, metiéndome la falda entre las piernas, logré entrar al gran edificio y solución total. Volteo para todos lados y verifico que nadie de mi trabajo haya sido testigo de mi enseñadera de patas flacas ( la verdad las tengo flacas y un poco torcidillas, nada de mucha pierna) no veo moros en la costa... y a caminar como si nada.
Horas más tarde aparece Manolito a dejar un pedido, yo ando ocupadilla en otras cosas y el muy méndigo me deja un recadillo con una de las chicas: "Para Mafalda" y un dibujo exacto (por eso nuevamente méndigo, le envidio la forma de dibujar) de mis chones y las trompas abiertas en las nachas.  Se me subió el color y pensé: "eso no se va a quedar así".
Con las chicas que le envío un dibujo (muy malo por cierto): "Para Manolito" una mano cerrada con el dedo medio arriba.
¡Que se ofende! ¿Cómo ven?  Ashhh, ¡qué sentido!

FIRMA: La Mafaldilla vengativa.



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3 comentarios:

Neliza dijo...

jajajajaja por que pasan asi las cosas no crees????? pero bueno ahora te puedes reir de tus chones y mas del otro tonto que lo vio, cuidate mucho y aguas con esos aigronasos.

Misionero dijo...

Muy divertido el relato, pensar en lo gosoza que te puede hacer sentir un avispado aire que te pega un levantón de naguas y te deja enseñar un trasero espectacular... sin que parezca nada deliberado... verdad? jejeje

Te mando muchos besos en un aire iluminado de afecto.

misionero

Mafalda dijo...

Neliza:

Claro que me siento bien con mis choninos, lo malo es que hay veces que te pasa cada cosa....

Misionero:

Gracias, espero seguir contando con tus visitas, estaremos leyendonos.

Mafalda

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