miércoles, 17 de diciembre de 2008

DEL CÓMO ASESINAR AL FANTASMA Y DE LOS ESTIGMAS RESULTANTES

Hola, , este saludo es para ti.  Si me lees llévame en los ojos.
Despiertas cada mañana para vivir de y para tus rutinas. Miras tu reflejo por todas partes, intentas esconderte del que se observa en sus pupilas. Entonces decides verte en el espejo del baño que, aunque revelador, lo prefieres al otro, al interrogante.
Hola de nuevo. 
¿Qué es lo que esperas de estas letras, qué temes de ellas?
Sabes, te saqué afuera para que te asolearas. Colgado de un gancho en el tendedero, el aire ventilaba tus humores. Un día salí para tomarte de nuevo por los hombros, colocar tu peso en mi cama, tener tu imagen de regreso en mis sueños y ya no estabas.
Por voluntad mía te convertiste en ausencia: cuando vacié los bolsillos de mis sacos, de mis pantalones; cuando vacié los cajones de mi cómoda, cuando tiré los papeles y las cartas del locker; cuando escondí las fotos hasta el fondo de mi vista; cuando retrasé los encuentros y evité los desencuentros. Comprendí que lo mejor que le puede suceder a cualquier persona que quiere olvidar, es ser olvidado y borrado de la mente amada. De esa forma resulta más fácil. Así fue: yo salí, entonces, tú saliste. 
¿Quién por estos rumbos no lo cree? 
¿Cuántos de nosotros no lo ha hecho de esa forma sin darse cuenta?
Un día cualquiera se asesina al fantasma, así, sin más ni más.

Alguien sabe: ¿Qué se es después de cada corrida? 
¿En qué o en quién nos convertimos durante la travesía del desamor?
¿Algo tatuado se queda del (a) otro(a) como estigma?

Es la música que suena en mi ipod. Es la ironía que llena en ocasiones las iglesias. Es el sonido de algunos pasos que me recuerdan y trasladan a ciertos lugares. Es eso...el recuerdo, algo que se cura con sonrisas, que cicatriza con ironías.

Hoy sonrío, hoy escribo, hoy aprendo, hoy deseo, hoy me atrevo, hoy me divierto y no tienen idea ni tú ni nadie: a quién, cómo, dónde y de que manera me resulta divertido recordar. 



Pero lo que más me hace feliz es...¡mirarme!
¿Alguna duda?



FIRMA: Un ser de este mundo




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8 comentarios:

Cuatroletras dijo...

Los recuerdos suelo tomarlos sólo cuando me distraen de otra actividad, voy corriendo por la vida con la idea de no tener tiempo para otra cosa que vivir y de repente, en ese espejo, en el sol, sólo salen. No me estorban, sólo estoy construyendo otros que después olvidare, hasta que se atraviesen en mi camino otra vez.

Maravillosa meditación intimista sobre el tema.

Felicidades.

marichuy dijo...

Mafalda

Mi admirada Doctora, me encantó esta oreada que ha dado al cadáver; y me he tomado el atrevimiento de contestarme algunas de sus interrogantes.

1.- "Un día cualquiera se asesina al fantasma, así sin más ni más."

Eso no resulta mientras se insista en ello; creo que a mi me ocurrió así como dices, un día cualquiera; el día menos esperado, él estaba muerto.

2.- "¿En qué o en quién nos convertimos durante la travesía del desamor?"

Yo debo decirlo, me convertí en alguien mucho más escéptico; nunca más se vuelve a ese tiempo en que te creías todo y esperabas mucho. Al menos yo no he podido. Ahora ya no espero nada; quizá sea mejor.

3.-"¿Algo tatuado se queda del (a) otro(a) como estigma?"

Si, a veces en alguna madrugada he vuelto a sentir un aroma, he vuelto a mirar unos ojos. No sabría decir si como estigma, pero si.

Abrazos agradecidos

Anónimo dijo...

jaja ja eres una pendeja y como siempre caes! que hueva, busca quien te coja, ya sabes lo que vales y tu lugar. nada.

e. r. dijo...

Hola Mafalda!
Mirá, cada uno tiene su experiencia. Pero por lo que viví, que no es mucho pero tampoco es poco, me he dado cuenta de que los fantas no se asesinan, pues ya están muertos, en todo caso no están vivos; para que puedan morir es preciso que encarnen. Entonces, cuando descubrí eso, puse a encarnar en cuerpos a toda esa gente que rompía las pelotas y luego las asesiné; quiero decir: la dejé morir, pues a fin de cuentas, si uno mira bien, una persona no es más que una persona, y las personas no son tan interesantes, en todo caso no lo son todo el tiempo, como parecería en un principio. En todo caso, si no se mueren por su cuenta, entonces sí hay que ir a pegarles un tiro; o darles un golpe de oreja, como aconseja neruda.
Besos

Kix dijo...

De seguro ese Anónimo es una vieja malcogida, mi querida Mafis... Sin vida propia!!

Por lo que entra a tu blog a ver si de pronto le encuentra sentido a su pendejez. No creo que lo logre, pero pues el intento le hace. ¿Cuánto tendrá de IQ? ¿20?

Angeek dijo...

¿Y que caso tiene pelear con o por el difunto si está difunto?
¡Ea! ¡A darle un golpe de oreja! (me encantó ese comment de er).

Saludos

Diego Fabián dijo...

Asesinar fantasmas??... Dejar morir recuerdos??...

Talvez yo aún no haya aprendido a hacerlo... Si mis recuerdos aún viven es porque yo no les permito morir...

A pesar de todo, sigo viviendo con ellos... Probablemente nunca mueran ni se conviertan en fantasmas... Prefiero disfrutarlos mientras duren...

Un abrazo, mi querida amiga...

Anónimo dijo...

Que tal Mafalda, como estas?
Hace ya un muy largo tiempo que no me contactaba contigo...
Veo que aun conservas esa mafalda que alguna vez puse...

Te envío un afectuoso saludo desde ya sabes donde... con mar, arena blanca y mucho sol.

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