martes, 12 de febrero de 2013

¿Escritora?..





Prometí que al iniciar este año contaría una historia con tintes surrealistas. Los acontecimientos absurdos y totalmente idiotas «realizados por una acomplejada cibernética» provocaron que anticipara el relato:  Una lacra  . Si no lo han hecho, léanlo, incluso, recomiéndenlo (hasta el momento ese post lleva más de 800 visitas) ustedes no saben si en su camino bloggeril, tuiteril o feibuquero, se encuentren a éste engendro copión, plagiador, ladrón y todos los demás calificativos que se les ocurran; a éste ser patógeno que por cierto, sigue utilizando mi foto en una cuenta fake y molestando a tuiteros incluso con groserías. Perdonen al humano, analicen sus acciones. A mi sólo me resta advertirles que  mi imagen es utilizada para la catarsis de una enfermita garbancera (de las garbanceras de José Guadalupe Posada).

A tomar nota y “cuídese de imitaciones”.

En esta ocasión les hablaré de mis letras. En los últimos días del año 2011 un acontecimiento mantuvo en vilo mi frágil osamenta. Preparaba visa y pasaporte. Meses previos me había despertado con la noticia de que la editorial Small Beer Press publicaría uno de mis relatos (“La piedra”) en una antología de cuento fantástico (Three Messages and Warning: Mexican Stories of the Fantastic). 



Me sentí honrada de que hubiesen elegido mis letras para publicarlas junto con las de escritores de trayectoria importante:  Hernán Lara Zavala, Beatriz Escalante, Guillermo Samperio, Mónica Lavín, Oscar de la Borbolla,  Alberto Chimal, Ana Clavel, Claudia Guillén, Bruno Estañol, José Luis Zárate, etcétera. Semanas después de la noticia, llegó a mi buzón de correo un obsequio más: la oportunidad de acudir a la presentación de la antología en San Antonio, Texas (26, 27 y 28 de enero de 2012).  Qué demonios va a hacer y decir allí un escritorblasto* como yo, pensé de inmediato. Por supuesto que deseché rápido la idea de acudir. La fecha se aproximaba y un día se reunió la voz de mi consciencia que lleva por nombre Teresa-Alejandra-Mara, y me echó en cara mi cobardía. En la profundidad de mi consciencia había un susurro repetido: “tonta, y si es lo único que te publican en tu vida y ni fotos de recuerdo te llevas.” Pero había un ruido, nada desdeñable, que por momentos opacó  a la vocecita, era un bramido de terror. En ese juego de inseguridad me debatí varias semanas. La decisión llegó sin drama en un instante y organicé el viaje.



Fue una experiencia que no recomendaría a muchos; admito que para mi fue afortunada: me permitió conocer el entorno literario desde un perfil diferente, desconocido para los lectores y para los aspirantes a escritores (donde pertenezco); y me abrió la oportunidad de que mis letras se traduzcan en muchos idiomas y sean leídas en varios países (de esto hablaré más adelante). Tal vez algún día me invente una historia donde narre de manera indirecta lo que experimenté en San Antonio, Texas. Por hoy sólo diré que sobreviví y que, como en el sexo, la práctica hace al maestro y aprendemos poco a poco a disfrutar.



Regresé de la aventura y seguí mi camino de lecturas y escritura. Meses después apareció en mi camino un colibrí, mi Cornelio hecho persona: un representante literario (su nombre es Kamei). Él ha trabajado (traduciendo, representándome en EU) y ha creído en mis letras, lo cual le agradezco de sobremanera. De un lado a otro lleva mis relatos para colocarlos en revistas literarias americanas.
Gargoyle   Magazine y Bitter Oleander, ambas, en el mundo literario, son consideradas revistas de prestigio; estas publicaciones te ayudarán a encontrar una editorial para el libro entero, me dijo un día Kamei. Y como buen agitador de alas abiertas, fue colocando mis cuentos:

“Ojos de gato” se publicará en la primavera de 2013 en The Bitter Oleander.

 “Alotrópica” fue aceptado para publicación en la primavera de 2013 en The McNeese Review.
“1814”  saldrá en el verano de 2013 en Gargoyle Magazine  Paycock Press.

A principios de diciembre de 2012, mi colibrí me informó que una de las editoriales más importantes del mundo anglosajón estaba coqueteando con uno de mis cuentos. La confirmación llegó como regalo de reyes: dos días antes del seis de enero de este año. Penguin Books (la editorial que se funcionó con Random House Mondadori) solicitaba mi autorización para publicar “Ojos de gato” en una antología la cual será traducida en varios idiomas.  Aún no hay título para la misma pero mis letras acompañarán a las de Neil Gaiman y Kelly Link entre otros, y pertenecerá a una serie de relatos fantásticos. 

Obvio, firmé el contrato.
Desde ese día mantengo una sonrisa de oreja a rabo, sin pretexto de por medio. Me falta muchísimo camino, pero este inicio lleva buen impulso. 

Necesito tiempo para mover mis dedos, momentos para echar a volar el rehilete atrapa ideas, necesito descansar, te necesito...
¡Válgame!

Deséenme suerte...



* Blasto, (del griego blastos, germen). Sufijo que indica una célula joven, que no ha llegado al estado de madurez: mieloblasto, linfoblasto, normoblasto.

Foto inicial tomada de  Pinterest  



2 comentarios:

Angeek dijo...

¡Eso guerrera! ¡Así me gusta! Tire pa'lante. Los sueños se hacen a mano y sin permiso (Silvio dixit). Abrazos cubiertos de suerte.

Workaholica dijo...

Amiga:

Lo he vivido contigo y sabes que estoy MUY MUY orgullosa de ser tu amiga!!!!

Y quiero mi libro autografiado!!!!!

Besos

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