Prometí que al iniciar
este año contaría una historia con tintes surrealistas. Los acontecimientos
absurdos y totalmente idiotas «realizados por una acomplejada cibernética»
provocaron que anticipara el relato: Una lacra .
Si no lo han hecho, léanlo, incluso, recomiéndenlo (hasta el momento ese post
lleva más de 800 visitas) ustedes no saben si en su camino bloggeril, tuiteril
o feibuquero, se encuentren a éste engendro copión, plagiador, ladrón y todos
los demás calificativos que se les ocurran; a éste ser patógeno que por cierto,
sigue utilizando mi foto en una cuenta fake y molestando a tuiteros incluso con
groserías. Perdonen al humano, analicen sus acciones. A mi sólo me resta
advertirles que mi imagen es utilizada para la catarsis de una enfermita
garbancera (de las garbanceras de José Guadalupe Posada).
A tomar nota y “cuídese
de imitaciones”.
En esta ocasión les
hablaré de mis letras. En los últimos días del año 2011 un acontecimiento
mantuvo en vilo mi frágil osamenta. Preparaba visa y pasaporte. Meses previos
me había despertado con la noticia de que la editorial Small Beer Press
publicaría uno de mis relatos (“La piedra”) en una antología de cuento
fantástico (Three Messages and Warning: Mexican Stories of the
Fantastic).
Me sentí honrada de
que hubiesen elegido mis letras para publicarlas junto con las de escritores de
trayectoria importante: Hernán Lara Zavala, Beatriz Escalante, Guillermo
Samperio, Mónica Lavín, Oscar de la Borbolla, Alberto Chimal, Ana Clavel,
Claudia Guillén, Bruno Estañol, José Luis Zárate, etcétera. Semanas después de
la noticia, llegó a mi buzón de correo un obsequio más: la oportunidad de
acudir a la presentación de la antología en San Antonio, Texas (26, 27 y 28 de
enero de 2012). Qué demonios va a hacer y decir allí un escritorblasto*
como yo, pensé de inmediato. Por supuesto que deseché rápido la idea de acudir.
La fecha se aproximaba y un día se reunió la voz de mi consciencia que lleva
por nombre Teresa-Alejandra-Mara, y me echó en cara mi cobardía. En la
profundidad de mi consciencia había un susurro repetido: “tonta, y si es lo
único que te publican en tu vida y ni fotos de recuerdo te llevas.” Pero había
un ruido, nada desdeñable, que por momentos opacó a la vocecita, era un
bramido de terror. En ese juego de inseguridad me debatí varias semanas. La
decisión llegó sin drama en un instante y organicé el viaje.
Fue una experiencia
que no recomendaría a muchos; admito que para mi fue afortunada: me permitió
conocer el entorno literario desde un perfil diferente, desconocido para los
lectores y para los aspirantes a escritores (donde pertenezco); y me abrió la
oportunidad de que mis letras se traduzcan en muchos idiomas y sean leídas en
varios países (de esto hablaré más adelante). Tal vez algún día me invente una
historia donde narre de manera indirecta lo que experimenté en San Antonio,
Texas. Por hoy sólo diré que sobreviví y que, como en el sexo, la práctica hace
al maestro y aprendemos poco a poco a disfrutar.
Regresé de la aventura
y seguí mi camino de lecturas y escritura. Meses después apareció en mi camino
un colibrí, mi Cornelio hecho persona: un representante literario (su
nombre es Kamei). Él ha trabajado (traduciendo, representándome en EU) y
ha creído en mis letras, lo cual le agradezco de sobremanera. De un lado a otro
lleva mis relatos para colocarlos en revistas literarias americanas.
Gargoyle
Magazine y Bitter Oleander, ambas, en el mundo literario, son consideradas
revistas de prestigio; estas publicaciones te ayudarán a encontrar una
editorial para el libro entero, me dijo un día Kamei. Y como buen agitador de
alas abiertas, fue colocando mis cuentos:
“Ojos de gato” se publicará en la primavera de 2013 en
The Bitter Oleander.
“Alotrópica” fue aceptado para publicación en la
primavera de 2013 en The McNeese Review.
“1814” saldrá en el verano de 2013 en Gargoyle
Magazine Paycock Press.
A principios de
diciembre de 2012, mi colibrí me informó que una de las editoriales más
importantes del mundo anglosajón estaba coqueteando con uno de mis cuentos. La
confirmación llegó como regalo de reyes: dos días antes del seis de enero de
este año. Penguin Books (la editorial que se funcionó con Random House
Mondadori) solicitaba mi autorización para publicar “Ojos de gato” en una antología
la cual será traducida en varios idiomas. Aún no hay título para la misma
pero mis letras acompañarán a las de Neil Gaiman y Kelly Link entre otros, y
pertenecerá a una serie de relatos fantásticos.
Obvio, firmé el
contrato.
Desde ese día mantengo
una sonrisa de oreja a rabo, sin pretexto de por medio. Me falta muchísimo
camino, pero este inicio lleva buen impulso.
Necesito tiempo para
mover mis dedos, momentos para echar a volar el rehilete atrapa ideas, necesito
descansar, te necesito...
¡Válgame!
Deséenme suerte...
* Blasto, (del
griego blastos, germen). Sufijo que indica una célula joven, que no ha llegado
al estado de madurez: mieloblasto, linfoblasto, normoblasto.
Foto inicial
tomada de Pinterest
2 comentarios:
¡Eso guerrera! ¡Así me gusta! Tire pa'lante. Los sueños se hacen a mano y sin permiso (Silvio dixit). Abrazos cubiertos de suerte.
Amiga:
Lo he vivido contigo y sabes que estoy MUY MUY orgullosa de ser tu amiga!!!!
Y quiero mi libro autografiado!!!!!
Besos
Publicar un comentario