Lacrar es una acción que consiste en dañar o perjudicar a
alguien en sus intereses. En Colombia, un lacra es una persona de baja calaña.
En México, se califica al peligroso diciéndole: lacra. En Honduras, el ladrón o
ratero es un lacra. Los libros de filosofía definen lacra como: Huella de una
enfermedad o dolencia y enlistan los siguientes sinónimos:
·
Deficiencia
·
Defecto
·
Vicio
·
Achaque
·
Inconveniencia
·
Daño
·
Perjuicio
·
Quebranto
Y mencionan también la asociación semántica de la palabra
lacra:
·
Toxicomanía
·
Tacha
·
Sufrimiento
·
Subordinación
·
Salpicón
·
Ruindad
Tengo para ustedes una historia. Antes de iniciar quise
definir esta palabra. Estoy segura que servirá de base para una buena
comprensión.
En 2009 fui invitada a formar parte de un grupo de
literaturos y escribidores novatos. Necesario es que antes de tomar esta hebra
del relato, tenga que irme un poco más atrás en la historia. Entré a Blogger
aproximadamente en abril del 2006, el mes no es exacto porque abrí un blog antes y estuvo activo
sólo unas semanas. El año oficial sí fue el 2006. Aprendí de forma paulatina a
leer personalidades, a entender entre líneas. El ciberespacio no traza ni
define rasgos porque domina la improbabilidad. Como es de esperarse, erré con
varias personas. No domino la psicología del lenguaje, pero lo evidente no se
me esconde cuando leo algunos personajes bloggeros. Pocos son auténticos u
originales. Un blog es un escape, un medio, una razón, una necesidad, una
herramienta. Lo que sea para cada quien no es el asunto en esta historia.
Al principio la elección de mis lecturas fue por simple
empatía: la mayoría. Con el tiempo, elegí leer varios blogs de acuerdo a su
contenido. Disfrutaba la poesía de algunos, los relatos, las recomendaciones
literarias. Los blogs de cinéfilos me impresionaban; leía los debates con
entusiasmo, las recomendaciones y las reseñas. Encontré páginas bien
organizadas de fotografía y vídeos. Webs de melómanos. Espacios entrañables de
política.
Esa experiencia de conocimiento cibernético me tomó mucho
tiempo. Del mismo modo como yo observé, fui calificada.
La oportunidad de conocer en persona al tecleador de algún
blog se dio en varias ocasiones. Errar en lo físico era común. Sólo dos
personas resultaron por completo diferentes en carácter y personalidad de como
los había imaginado al leerlos. A muchos aún no los he visto frente a frente.
Rehuí de los blogs donde detectaba superficialidad,
mentira, pose. De pronto abría una página y leía. Saltaba a otra y,
sorprendida, miraba las mismas palabras.
Así fue que conocí y reconocí el plagio. Con el tiempo aprendí otros
métodos para descubrir robo de textos.
Recibí visitas espontáneas en mi blog y los visité por
reciprocidad. La afinidad es un imán y creo que la gran mayoría nos leemos por
esa razón.
Un día llegó a mi blog una persona a la cual ya había
leído meses previos. Debo aceptar que entré a su blog por el morbo que me
provocó un comentario malicioso en un blog amigo. No me interesó dejarle
comentarios porque no me gustó el contenido de su web y el descuido de su gramática
(cuando ella escribía). Además era plagiadora; una de tantas que existen en la
red. Era evidente cuando robaba un texto: se leían frases bien elaboradas,
adecuada puntuación y buena ortografía. Pero lo que también me irritaba de esta
bloggera era la imitación, la pose de “culta”, la falsa modestia, el intento de
erudición, la doble moral, la envidia.
Querer ser no es malo. Aparentar ser es degradante y
demuestra una cosa: complejos.
Por la directriz que le dio a su primer comentario en mi
blog, entendí que yo era “meritoria” de su visita por algo inteligente que
«según su criterio» dije en un blog que ambas frecuentábamos. Desde ese día
tuve el “privilegio” de sus visitas. Fui recíproca pero incómoda. Mis
aportaciones en su blog, por más que yo lo intentara, surgían burlonas, ácidas.
Decidí la mejor de las soluciones: el silencio. Es complicado abstenerse de
soltar de buenas a primeras algo como: oye, ¿no te reclama nadie por traerte
letras de otro lado?, pero lo logré; estoy segura que muchos se dieron cuenta
de lo que ella hacía y optaron en poner tierra de por medio o callarse. Existen
también muchos que seguramente ni cuenta se darán. Algunos le escribían
comentarios, evidenciándola; en cuanto los descubría, los borraba. Esta blogger
padece de alergia a la autocrítica y la contrarresta adjudicándose la actitud
de víctima: “me envidian”, “quieren ser como yo”, “no tienen vida propia”,
“necesitan atención”, “se hacen publicidad conmigo”, etcétera. Conozco sitios
web con finalidad y perfil específico: crear un personaje ficticio, ya sea para
informar y aportar; o para que ese personaje sacuda consciencias. Este tipo de
páginas requieren despersonificación completa del que las abre, además de
inteligencia y conocimiento. No es el caso del espacio cibernético de ésta bloggera.
Cuando me llegó la invitación para formar parte del blog
de ecribidores novatos, mi credibilidad hacia la plagiadora era nula. Un
blogger reunió a diez personas que según él merecíamos estar en ese blog
colectivo. No sé cuál fue el criterio en que basó su elección. La realizó de
tal forma que, para los incluidos, fuera un misterio conocerse entre si semanas
antes de iniciar las publicaciones. Yo inauguraría el espacio aportando el
primer relato, fue por eso que al colgar el texto en el blog, curiosa, fui a
ver los nombres de los demás escríbanos. Me sentí honrada al descubrir a dos
que me encantaba leer. La mayoría eran nuevos para mi. Me desanimó ver el
nombre de la roba textos; en ese momento el instinto amenazó a mi sentido
común.
Ahora sé que la vanidad del escribano tiene la
susceptibilidad de un diente de león contra el viento; eso yo, en aquel tiempo,
lo ignoraba. Fue entonces que cometí el primer error. En la actualidad, si
alguien me pide opinión acerca de sus letras o me solicita que le corrija algún
relato, pongo cualquier pretexto, me niego; a menos que sea un conocido de
confianza o me encuentre en algún taller de creación literaria; mientras tanto no
lo hago. Uno de los escribidores pidió mi opinión acerca de uno de sus cuentos
y yo me solté de la mano: iniciaron los recelos. Las mujeres somos las peores
enemigas invisibles. Poco tiempo bastó para que se corriera la voz entre varios
de los escribanos acerca de mi atrevimiento, lo noté por la actitud y el recelo
hacia mi. Me aislaron. No tengo habilitado el sentido de pertenencia, soy un
alma que se inmuniza ante cualquier peligro. Los clubs de Toby en cualquiera de
sus versiones me provocan urticaria. No iba a lograr controlar el “cuchicheo”
virtual, así que decidí dejar las cosas como estaban. Me recriminé a mi misma
por el atrevimiento y asumí las consecuencias, estoicamente.
Llegó el mitote también al buzón de correo del
administrador del blog; para esas fechas varios escribidores habían iniciado su
aportación al blog y como era de esperarse en un sitio que se promocionaba como
espacio literario, no faltaron los comentarios a favor o en contra. Hubo
mensajes corrosivos, ataques contra algunas letras. Fue por eso que el
reclutador del blog por momentos colocaba moderación de comentarios; una medida más agotadora que la que debería haber prevalecido: tolerancia. Algunos
escríbanos asumieron los puntos de vista como asunto personal incluida la
plagiaria de letras, que no soportaba ningún comentario negativo a sus textos,
de inmediato solicitaba que fueran borrados. Hubo uno en particular en contra
de ella que me provocó mucha gracia, no lo vi porque lo hayan publicado, lo leí
en la página web del bloggero que lo escribió; él decidió hacer un post (muy
creativo por cierto) de queja porque le censuraron su comentario. Confieso que
me reí mucho; conozco en persona al quejoso, le comenté en su blog que
«me daba pena ajena que lo hubieran censurado» y ésta pequeña frase tomó
tintes dramáticos por parte de la plagiaria quien la desvirtuó de la siguiente
manera: «me da pena ajena que escriban tan mal los escribidores y literaturos». Esa fue la gota que desbordó el río. El administrador del
sitio web me solicitó que metiera en maleta confortable mis letras y me
largara; el correo electrónico donde me notificó lo anterior me sirvió para
corroborar que dos mujeres habían manipulado todo; tenemos esa capacidad de
marcar nuestras acciones.
Aquí terminó la poca interacción que existió entre la
plagiaria y yo. Uno que otro estirón se presentó después por la ausencia de autocrítica
de su parte, sólo eso. Silencio durante mucho tiempo. Me entretuve en otra
hebra que en esos días le dio por soltarse del tejido y me devolvió hacia
momentos remotos, hacia desgracias de nombres sin rostros.
Arribó un cambio en internet. Muchos bloggers llenaron de
críticas y negaciones sus espacios con respecto a Facebook y Twitter,
satanizándolos. Le colocaron estereotipos a cada uno: Facebook para las huecas
que sólo quieren presumir sus fotos y enseñar las tetas; Twitter para los que
no tienen mucho que decir. La plagiaria fue una de ellos y terminó como la gran
mayoría, abriéndose a las redes sociales. Continuaba también robando letras.
Cada uno fue acomodando sus gustos en las redes, ajustando
sus finalidades y sus necesidades. Una bloggera excelente mencionó hace unos
días sobre el clasismo que se denota en twitter. Creo que banalidades se leen
en todos lados, sólo que si resultas superfluo en twitter, parecería que eres
perdonado.
Abrí cuenta en twitter y Facebook y continué en blogger.
Muchos sitios y escaso tiempo para llenarlos de ideas. Hay días buenos con poco
movimiento de pacientes y se alternan con semanas enteras sin respiro. Me gusta
escribir desde hace varios años. Por momentos me
desaparezco del internet principalmente para leer y, cuando tengo tiempo
razonable, para escribir mis relatos. Mi rechazo ante la mentira y el plagio,
la pose y lo superfluo, se evidencia en lo que escribo principalmente en twitter. Los que me conocen saben de mi afinidad izquierdista, la claridad de
mis acciones, la sinceridad de mi actitud, lo directo de mis comentarios, lo
grandes que son mis ojos, el placer que me da arreglarme las manos y mis pies y por supuesto, lo guapa que suelo ser 0_=
Un día por azar, encontré la cuenta Twitter de la
plagiaria, por cierto, seguía robando letras.
Aquí, el periodista Iván Ríos Gascón le sugiere colocar
los créditos en uno de los post que ella había publicado. De mala gana lo hizo.
Como este ejemplo existen infinidad de plagios durante
varios años que tiene publicando. Ha robado letras de blog eróticos,
literarios, etcétera.
Lo inexplicable un día sucedió. Alguien externo se alió
con ella. Esa persona es un hilo diferente, que en otros tiempos, fuera de lo
virtual tuvo un nombre; en blogger también lo tuvo: Aminasa (me enteré por ella misma en 2009: "Donají yo te leía y tú a mi" me confesó). Tiempo después, sin rostro, apareció para mostrarme su rencor en los comentarios de algunas entradas en mi blog.
Aliarse lo virtual (la plagiaria que no conozco en persona) con lo real, me
sorprendió. Hace unos meses envié un mensaje a la real: no involucrarse. Pero
su resentimiento es más fuerte. Dicen que está obsesionada con mis acciones y
que espía mis letras desde hace varios años.
Esta mancuerna de mujeres (la plagiadora y la resentida)
ahora abrieron cuentas fake: (@_mafaldasexi , @UglyRevenge). La primera, muy parecida a la que es mía realmente: (@MafaldasexiOM)
y le colocaron mi foto porque dicen que molesto a la plagiadora y que merezco
ser jodida por ellas. Conocedoras de cómo se mueven este tipo de cuentas, le
cambian en forma constante el nombre de usuario para que resulte complicado
darle spam. Se dan a la tarea también de revisar a los twitteros que yo sigo y
les envían tuits con tonterías, advirtiéndoles que soy una acosadora sexual de
hombres.
Alonso Romero (@bloosr) les contestó algo muy acertado. Él dio con el centro de la cuestión. ¿Por qué se molestan en abrir una cuenta falsa para molestar a alguien que tiene pocos seguidores como yo? La respuesta: soy una piedrita en el zapato para la ladrona de letras. Cuando digo: doble rasera, fea, acomplejada, plagiaria, falsa, lacra; de inmediato se siente aludida.
Se hace la víctima y utiliza las frases conocidas: “me
envidia”, “quiere ser como yo”, “no tiene vida propia”, “necesita atención”,
“se hace publicidad conmigo”, “pobre Doña Olmedo fea”; y aquí van las típicas
sesudas que utilizan las lectoras de Cosmopolitan: “necesita hombre”, “pobre
quedada”.
La plagiaria se envalentona, reta, dice que la arroben, que la
afronten y de inmediato, se esconde entre cuentas fake, cuentas trolls o alternas que ella misma maneja (@Siouxie_Suze antes fue @MinitaGaucha y @SusanitaQuotes) y modestia falsa. Se
siente aludida porque es todo eso que yo digo; le incomoda la verdad y le
preocupa que la evidencie porque es culpable, si no lo fuera, estoy
segura que no haría caso.
*Actualizacion: Septiembre 2015
En Twitter continúa robando letras de blogs tanto de Tumblr como de Blogger. Hace unas semanas, plagió letras de una periodista:
Este par de textos se encuentran en un post que pertenece al blog "La Ñ no sabe francés", aquí la liga del texto completo ----->>
En cuanto se dio cuenta la escritora y periodista del plagio, fue al blog de la roba textos: cerradoporderribo.blogspot.mx para reclamarle y exigirle que borrara los tuits (el nombre en blogger de la periodista es Sonsoles):
La periodista en su blog ("La Ñ no sabe francés": http://a200debrujas.blogspot.mx) puntualiza que ya la puso en su lugar:
Por supuesto que la roba textos borró los tuits (en su TL) y los comentarios del reclamo en su blog. Vergonzoso que la evidencien. Pero aún así persiste en lo mismo:
Esta frase la robó del perfil de este blog:
Toma muchos textos de Tumblr, finge que no conoce esa plataforma/blog pero de ahí roba infinidad de letras.
Yo no tengo obligación de mostrarme para nadie, muchos ya me
conocen en persona. Me siento bella porque lo soy, perdón si eso le afecta. Soy inteligente, lo
siento por ella. Me quiero y acepto tal cual.
A la rencorosa (última cuenta en twitter: @Juliettrec , antes fue @anudaverita, hoy en día no sé qué cuenta abrirá para seguir obcecada conmigo) le digo que no es sano evitar a las personas
con las que alguna vez uno se equivocó, aunque ya está informada de mi desligue completo desde 2007 con el personaje que le preocupa y le alimenta la manía hacia mi. Tengo la consciencia tranquila, no soy dependiente de arrebatos, obsesiones; estoy
libre de psicopatías. Soy feliz porque no guardo odio en mi corazón. Y llevo a
cabo el siguiente precepto: "Nunca odies a tus enemigos: no te permite juzgarles". (El Padrino, parte III)
Javier Marías dijo que las historias no pertenecen sólo al
que asiste a ellas, una vez contadas ya son de cualquiera y nada se cuenta dos
veces de la misma forma.
Creo que está historia merecía ser contada con mis letras.
Mafalda desde si misma…
10 comentarios:
Amo a mi bloggera amiga, adoro a mi loca guía (de turistas), respeto a la Cardióloga, pero sobre todo entiendo y quiero a la Mujer.
Te amo Amiga!
El domingo que leía al crítico de cine Carlos Bonfil me acordé de este plagio que comentas y de otros que me ha tocado ver...
Bonfil reseñaba una película llamada “El Gran Secreto”, cuya trama se centra en un plagio literario y sus consecuencias tanto para el plagiado como para el plagiario. Lo que me impactó de su reseña fue esta gran y, creo, certera frase:
“Sucede con los plagiarios de textos literarios lo mismo que con los malos discípulos o los imitadores de un estilo: suelen apropiarse más de los errores de los maestros que de sus virtudes.”
Y así en la vida, me atrevo a decir.
______
Un abrazo, Mafis. Que en 2012 estemos libres de todo tipo de lacras (aunque lo veo difícil con Peña Nieto en la presidencia. :P)
Jajaja. Estoy en Babia. Quise decir que en 2013 estemos libres de lacras.
Otro abrazo,
PS Gran foto para ilustrar tu post
A mi tambien me encantó la foto, y de inmediato pensé en el brasileño que me mandaste a conocer ayer Comadre...si es?
Creo que es la primera vez que entro a tu blog, Donají, muchas gracias por alguna visita que has hecho al mío. Me gustó mucho tu forma de escribir aunque me haya topado con algo más bien anecdótico. Yo he tenido algunas malas experiencias en el mundo virtual pero he tratado de dejarlas atrás. No vale la pena desgastarse con eso habiendo tantas cosas bellas en qué ocuparse, no lo vale ni de un lado para el otro y viceversa. Pero esa es solo mi humilde opinión, humanos somos al fin.
Un abrazo. :)
Uy! Desde el mismo origen de los tiempos, el hombre desea ser notable ante los demás. Y siempre lo más fácil es la imitación. Cuando ni así obtiene el resultado deseado, utiliza el saqueo, el robo. Así es como defendería a la "lacra", diciendo que es natural y humano la acción.
Pero los que realmente están de lleno en el mundo literato merece ya otros intereses.
¿Qué poder decir ante ésto? Es un hecho incluso delictivo.
¿Se debe incluso ya, tomar acciones legales?
Saludos y besos suspensivos...
...
Gracias a tod@s por sus comentarios.
Incitatus debo decirte también lo irónicas que son las actitudes humanas.
En estos días, la lacra se regocija en dañar y confabularse con otras twitteras, y amenazan a gente que plagia tuits. Simpática actitud, ¿verdad?
Ya que ella aconseja en twitter a los plagiados que acusen a los roba tuits para que les caiga la ley encima y les cierren sus cuentas de twitter; me gustaría que blogger le cerrara su cuenta de blog, que está llena de plagios durante años.
Saludos...
Mafalda.
Uyyyy amiga
Cómo olvidarlo si lo viví contigo momento a momento...
Aquí ando de nuevo, no sé para qué pero algo se me ocurrirá...
Besos muchos
La mediocridad es triste, a mí la verdad siempre me dio hueva, era de las pocas a las que no correspondía las visitas blogueras porque leerla era un tiempo dolorosamente perdido, una vez en el de Escribidores le leí por accidente y me sorprendió, era un texto muy bueno, me regañé mentalmente por haberla prejuiciado al leer sus insulsas anécdotas en su blog personal y hasta le escribí casi pidiéndole disculpas por no haberla apreciado antes, enseguida otros me sacaron de mi error enterándome de que era plagiado y me dio más tristeza que coraje, debe ser de verdad bien pinche triste querer ser talentosa y tener que conformarse con engañar a los más ineptos, porque no me extraña que la sigan y hasta haya quien la aplauda, la estupidez, como dijo Camus, insiste siempre, los que la siguen suelen ser desubicados que se creen más inteligentes y cultos de lo que realmente son, y es lógico que se identifiquen con ella y sus evidentes poses, si están al mismo nivel de autocomplacencia... pero como dijo Cabral, hay que tenerle miedo a los pendejos porque son muchos, así que cuídate mi Mafis -je-. En Twitter correspondí a su follow porque tengo esa consigna de interesarme por quien se interesa en mí, pero me arrepentí de inmediato, era desesperante leer sus contradicciones al intentar definirse, finalmente ya no soporté tanta impostación irritante y le di el unfollow más aliviador de toda mi vida tuitera, no sé cómo tú tienes el estómago para leerla, no le des importancia a quien no la tiene, déjala con sus lectores de compresión nivel primaria, se hacen felices unos a otros mimando su estulticia.
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