Mi primer beso resultó una sorpresa. Estoy segura que lo delicioso de la experiencia marcará de por vida una parte de mi erotismo. Guillermo, así se llamaba el que acarició mi boca, se encargó de infundirle arte y sensaciones a la primera expresión íntima de mi ser. Con su mano derecha rozando mi babilla acercó su nariz a mi boca, animándome a darle chupaditas. Luego se abrió paso entre mis labios con ligeros sorbitos; su lengua fue caballerosa e impulsiva también: al tiempo que existió reconocimiento entre mi intimidad y la suya, me trasladé a otro sitio donde la confusión se desbordó. Me perdí entre humedades, roces, palpitaciones, y él, Guillermo, más experto que yo, detecto el instante mismo de mi debilidad porque cuando ésta apareció, de inmediato sostuvo mi cabeza con su mano derecha y dirigió sus labios a mi cuello; ahí se montó de lleno en mi pulso, lo aspiro. Casi en la inconsciencia, logré abrir los ojos, justo en el momento que Guillermo saboreaba uno de mis pezones...
Recuerdo del día:
"...No hay que poner en orden el mundo: el mundo es el orden encarnado. A nosotros es a quienes nos corresponde ponernos en concordancia con ese orden, conocer cuál es el orden del mundo por oposición a los órdenes ilusorios que intentamos imponernos unos a otros..." "...Es una suerte que carezcamos de poder. Primero tenemos que adquirir visión, después disciplina y paciencia..." "...La posesión no es nada si no puedes entregarte..." "...La realidad más profunda y auténtica pertenece al mundo del inconsciente..." "...Una buena mentira revela más de lo que la verdad pueda revelar..." "...Debemos morir como yoes y renacer en el enjambre, no separados y autohipnotizados, sino individuales y relacionados..." "... Lo que pasa es que en la actualidad el arte es un lujo. Yo podría salir adelante sin leer nunca un libro ni mirar un cuadro. Tenemos muchas otras cosas: no necesitamos libros y cuadros. La música, sí... la música siempre la necesitaremos. No necesariamente buena música..., pero música. En cualquier caso, ya nadie escribe buena música..." "...Tal como yo lo veo, el mundo se está echando a perder. No se necesita demasiada inteligencia para salir adelante, tal como están las cosas. De hecho, cuanto menos inteligente eres, mejor posición tienes...." "...El arte te vuelve inquieto, insatisfecho..." "...Nos desnudamos y caímos en la cama de hierro, con hambre sexual de seis semanas. Nos lanzamos al asunto como un par de luchadores que se hubieran quedado a desenredarse en un ruedo vacío después de que se hubieran apagado las luces y de que la muchedumbre se hubiese dispersado. Mara luchaba frenéticamente para llegar a un orgasmo. En cierto modo había quedado separada de su aparato sexual; era de noche y estaba perdida en la oscuridad; sus movimientos eran los de un durmiente luchando con desesperación por volver a entrar en el cuerpo que había empezado a ceder. Me levanté para lavármela, para refrescarme con un poco de agua fría. No había lavabo en la habitación. A la luz mortecina de una bombilla casi extinta, me vi en un espejo resquebrajado, tenía la expresión de un Jack el destripador buscando un sombrero de paja en un orinal. Mara yacía boca abajo en la cama, jadeando y sudando, tenía el aspecto de una odalisca apaleada compuesta de pedazos de mica mellados..."
Qué es esto, dirán ustedes; se trata de uno de mis libros favoritos, que dejé subrayado y con indicaciones (flechas) distribuidas en muchas páginas. Cuando uno de mis libros termina lleno de referencias y rayones, es que me encantó. Eso sucedió con "Sexus", de Henry Miller; el primero de la trilogía: Sexus, Plexus y Nexus. Un libro sexual sin prejuicios y literario en un amplio sentido de la palabra.
Foto de Viki Kollerová (tristezza)
Mafalda desde si misma...
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