Escribir es ser cambiante, irreconocible.
En el texto se pierde el límite entre la verdad y la realidad. Sé es tantas cosas: sublime, mediocre, normal.
Hoy fui a comprarme algo que no puedo pagar, lo puse en la mesa del comedor y pasé horas contemplándolo. Me regocijé y presumí a gritos mi autosuficiencia.
Éste estado subliminal está al alcance de cualquier mortal; aunque no lo reconozcamos se puede ser bastante insuficiente.
No sé si me entienden: sé es tantas cosas en el texto, y no sé es también…
📸 Un color tiene muchos rostros. Carolina Muñoz.
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