Pertenezco al grupo de privilegiados. Soy libre de ir sin prisa. La pandemia me puso un alto, no tengo duda de que me convertiré en una vaga en cuanto den el banderazo de salida. Se me cuece el ansía de aventura, de mirar y conocer. He sido prudente y lo seguiré siendo. Regresé a mis deportes, los necesitaba: corro, nado, hago yoga. Perdí peso y músculo, sé que no lo recuperaré, no importa, me siento ligera.
Durante el encierro escribí poco. Murieron familiares, amigos, compañeros. ¡Virus miserable! Extraño a mamá, a mi Champy, pero qué bueno que no vieron tanto dolor y muerte.
Mis cercanos han sobrevivido, seguiré pidiendo porque sigamos así.
Tomás está a punto de cumplir dos años de ser rescatado y adoptado.
Aquí vamos a seguir mientras se nos permita, escribiendo palabras con y sin sentido…
DOM
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