Ya no me preocupo, de un tiempo a la fecha me ocupo de las circunstancias. Hablo de lo que concierne a mi futuro. Ahora ya no hay «porqués» que me irriten o inquieten, no tiene sentido dramatizar ni robarle melancolía al escenario. Si la circunstancia llega a infundir color, la pesco y la engullo. Tengo con qué y cómo rellenar vacíos, sólo es cuestión de amarse y no desear lo que otros tienen y son...
DOM.
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