Por fin llegó el 2011, lo recibí trabajando. El pitar de monitores acompañó las doce campanadas. Pasar la navidad o el año nuevo de guardia cuidando enfermos me resulta un poco bizarro. Los que no están familiarizados con el ambiente médico idealizan a las batas blancas. Auté dice: “Así sabrás que la rosa es rosa por bella y no porque en ella respire una flor”, los invito a moderar su entusiasmo cuando conozcan a algún medicucho .
Durante la residencia médica me acostumbré a realizar el brindis a la carrera, o colocando un catéter, o intubando un paciente o… ¿ya son las doce? decía e interrumpiendo el teclear en la máquina de escribir, me levantaba apresurada para ir a la probada de pavo, romeritos, pierna, pozole, ensalada de manzana, etc., que llevaban las enfermeras. De pronto aparecían las botellas de vino, tequila, ron, etc. Se organizaba el bailongo y bueno, no faltó el que se puso saleroso y terminó tumbado en alguna cama de la residencia médica y en abrazo conyugal.
Un festejo bizarro porque, entre cuerpos mórbidos, se establece una inmediatez inexplicable. Entonces, se mezcla por un momento: el dolor y la alegría; la muerte y la vida; la desesperanza y la ilusión.
Escucho con frecuencia elogios al trabajo médico, al “sacrificio” de una vida “normal” por el cuidado a otros. Muchos médicos prefieren pasar la navidad y recibir un nuevo año trabajando en algún hospital, a estar con su familia. Y creo, sin temor a equivocarme, que muchísima gente odia estas festividades por desapego familiar o por la mercadotecnia. Tal vez les gustaría tener un pretexto mayor (un trabajo nocturno) para evitarse el papelón de andar dando abrazos y buenos deseos.
Cada año escucho las mismas quejas, observo las mismas actitudes.
Mis primeros recuerdos de estas festividades son a lado de mi madre y mis hermanos. Han desfilado otros personajes, pero los fijos son ellos, mi familia cercana, que poco a poco va creciendo en número y edad. Y por cierto, estamos juntos no sólo en diciembre sino cada fin de semana.
Soy afortunada de tener la familia que tengo, de sentirlos y disfrutarlos.
He pasado navidades y años nuevos cuidando enfermos, pero sucede que en cuanto me desocupo, corro hacia mi gente. Voy con los que amo y me aman.
Soy afortunada.
: )
FIRMA: Un ser de este mundo
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8 comentarios:
Yo apenas vengo a mi changarro y corro hacía a ti.
Tu madre y tu hermana son muy afortunadas por tenerte.... así como Corne.
Y yop.
2046
No me imagino pasar un año nuevo trabajando mi Mafis... aunque este año casi lo logro... jajaja
Yo al igual que tú prefiero estar con mi gente.... siempre....
Que este año te traiga puras cosas maravillosas... a ti, a tu hermana.... y a toda tu familia....
trabajar=fresa
Chi cherto!
2046
Creo que realmente lo eres. Te dejo abrazos y mis deseos de que sea un buen año para tí y los que amas.
Y venía desde la caballerizas a darte un abrazo de fin de año... y resulta que estabas trabajando.
Yo cierro hasta tarde el negocio (una farmacia), y éste año nuevo lo pasé en el auto en compañía de mi familia cercana. Madre, hermanas y sobrinos. Justo a las doce, tocábamos el claxon y gritábamos por ventanillas y hasta quemacocos felicitando a cuanta gente se nos atravesara. Un fin de año muy raro, pero, a Dios y al Universo gracias, en compañía de mis seres más queridos.
Que éste sea un gran año para ti Mafalda y todos los que aquí, en tu blog, habitamos.
Un abrazo...
Saludos!!!
Portate bien mal manita!!!!
Haz cochinada y media y disfruta como enana!
Corne te cuida!
Y Yo tambor!
Ay nos el next monday!
2046
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