El padre dormita solitario sobre la cama que compartieron. Su cuerpo, apenas tapado por una sucia sábana, se estremece como si una corriente de aire frío lo abrazara; al moverse, despide un olor desagradable: nadie podría imaginar al ver esos desechos que alguna vez fue un hombre imponente. La penumbra de la habitación lo obliga a forzar los ojos, cuyas venas parecen salirse. Tiene las pupilas dilatadas debido al deseo insatisfecho y quisiera traspasar esa oscuridad para yacer de nuevo con Judith.
Ella espera de pie en el pórtico, mirando hacia las montañas; una brisa suave le ondea la cabellera, mientras trata con dificultad de aquietarla con las manos y descubrir su cara. A pesar de los años y el maltrato, las profundas marcas en el rostro no desmerecen la belleza que tiene. Aprieta los músculos de las quijadas para contener la furia en el cuerpo; está implorando a Dios que de una vez por todas termine con él y con la vida de perversión que le obligó a llevar.
Su rencor no tiene límite, ella recuerda su fallido intento por escapar; se iría con Alberto, en su velero de tres palos. El padre peleó contra el marinero, lo dejó tendido en el muelle, detrás de la iglesia, desangrándose, con la faca clavada en el vientre; después la regresó amarrada sobre la grupa sin montura de un caballo tan negro como su destino.
El silencio de la noche es alterado por un estruendo proveniente de la habitación, mezclándose con el resplandor de un rayo, el cual enciende las montañas. El rostro de Judith se suaviza; al tiempo de enrojecer por el destello. Las sábanas se van tiñendo del mismo color.
*Roberto Carreño Colorado (México D.F., 1949). Estudió la carrera de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional y la carrera de Antropología Social en la E.N.A.H..
Ha participado en los talleres de cuento de Guillermo Samperio, Alejandro Toledo y Erika J. Báez entre otros. Ha escrito ensayo, cuento y crítica. Ha publicado en antologías latinoamericanas. Dentro de sus actividades está la literatura, fotografía y vitralismo.
Foto de inicio cargada en flickr por Zseike
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7 comentarios:
Leí el texto, hice una pausa y volví a leerlo. Como hacer para vivir así es lo que uno le cuesta imaginar, como no desear que lo parta un rayo?
Mi Mafis...
Gracias por compartirlo....
Te mando muchos besos!!!!
Mafis
Luego regreso a leer el texto de R. Carreño. Sólo vine a ver cómo había quedado la template: me gustó y más, con esa imagen que le pusiste.
Besitos
Wow¡ Qué historia y pensar que esto, aunque sea ficción, es tan real. ¿Cuántas historias parecidas, no habrá en nuestro país? Claro, escribirlas así de bien, ya será otro cantar.
Un besito Mafis
PS me gusta ese formato que escogiste para tu cajita de música
Yo sentí pena....
Por ambos.
Como será el infierno?
2046
PS. Bonito vestidito. Y que guapo Guardián!!! Besuquealo mucho por mi y por mi gatito.
Suavecito y lindo.
Besos, Mafalda
Tenés un lindo blog. Encontré varios cuentos interesantes. Volveré a menudo para meter las narices en este blog y mirar qué onda. Saludos de El Chalero Solitario
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