Interrumpo el ensimismamiento para homenajear al mejor amigo del hombre…
EL LIBRO
Mi amiga Florenzano, la bella Ale, me decía hace algunos años: “Gachita, con eso de que ahora todo el mundo lee y es bien culto”.
Mi gremio tiene un porcentaje tristemente bajo de cultura general. Conozco a pocos (los cuento con una mano) que les gusta la literatura.
Entré a blogger en 2006 y me sorprendió encontrar por todos lados (cibernéticos) personas que crecieron rodeadas de libros. Gente que antes de caminar, gateaba hacia los libros, así, al más estilo Matilda (la de la película) ¡sopas!
Recuerdo que un bloggero al que yo era asidua mencionó en uno de sus comentarios algo más o menos así: “las mujeres se ven re’ chulas e interesantes con un libro entre las manos”.
Sospecho que la pose de ente-libro se ha convertido en lugar común , para de esa forma sentirse interesante, atractivo, misterioso, cautivador y no del montón.
En mi infancia me entraron las letras a golpe y porrazo. El gusto por las mismas lo obtuve en la preparatoria y no por mi mamá, que antes de andarme comprando un libro, mejor se abastecía de leche, pan y carne para alimentar a cuatro chamacos. Fue mi amigo Abraham el que abrió la puerta de la curiosidad y entré a ese mundo. Muchos años leí de prestado. Cuando gané mi dinero, lo primero que hice fue ir a comprar “Cien años de soledad” y lo guardé como mi primer tesoro (ya lo había leído de prestado).
Hoy, el regalo que deseo brindarle a EL LIBRO en su día, es quitarle el maquillaje de lugar común y vestirlo de autenticidad.
FIRMA: Un ser de este mundo.
Foto de inicio cargada en flickr por Fabienne Lin
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8 comentarios:
Cuan hermoso regalo le has brindado amiga...
Esto del ciberespacio y la ciberblogeada sirven apara un chingamdral de fregaderas, entre otras, la fabricación de vidas deseadas añoradas envidiadas soñadas.... y si sigues y sigues y sigues hilando te encontrarás con dioses que casi dictaron la odiea, y si le sigues aún más, hasta un profeta te vienes cruzando.
Pero como dice mi ilustre y mas sabía de mis hermanas, al final, y en cualquier atmósfera, la caca flota, y jiede por que jiede, los libros no se acumulan por presución.... una extraordinaria amiga que emigro a la tierra de Allende, antes de irse, generosamente me obsequió su primera edición de 100 años, toda deshojadita y maltrecha, pero para mi es oro puro.
A mi Champignona vida la han definido hay 6 títulos, los 3 primeros son obvios, el 4 es la historia de un ser muy humano que toda su vida ha corrido, lo que le dió unos tamañotes para enfrentarlo todo, el 5o son las Decimas a Dios y el 6o el Cántico Espiritual.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
2046
PS Y viva el CINE!
Buen regalo. En mi caso, me fui amigando con los libros de a poco y hoy me pasa,que extraño el día que no puedo por alguna razón detener mi existencia para sumergirme en la lectura.
Mafis
Jajá, querida, en ese retrato que acabas de presentar… he visto a tantas.
Por lo que a mí toca, debo decir que yo, primero gateé y mucho después hojee las historietas -medio fresas- que me regalaba una viejita amiga de mi abuela. Pero antes que leer, yo crecí escuchando lo que le leían a mi abuela: eas trágicas novelas rusas del Siglo XIX y los terroríficos cuentos de Edgar Allan Poe. Pero leer, leer por mi cuenta, ya más grandecita, aunque eso sí, en desorden y sin ninguna guía de por medio.
Es cierto que para un cierto sector (medio imbécil, si me permites la expresión) el ir por todos lados con un libro en la mano (hasta el baño y no por considerarlo un agente digestivo, precisamente), para que todo mundo vea "lo mucho que leen"... les parece de lo más interesante y algo que les confiere un “aire intelectual” (otra imbecilidad). Pero así como en los demás aspectos de la vida… de todo hay querida; de todo hay, no todos somos así (y yo en el baño… no leo; yo voy a lo que voy, jeje).
Un beso
Qué lindo, Mafis. Y sí, si el libro se nos vuelve lugar común, estaremos entonces sí completamente abrazados por la frivolidad que nos abunda en esta generación. Feliz día, y felices los que un día corrimos perseguidos por la lluvia, bajo el resguardo de un libro!
Así es. El mejor regalo que le puedes hacer a el es leerlo con pasión, con placer y después integrarlo no a tu librero sino a tus emociones, experiencias e ideas.
¡Ah! Si los libros hablaran, la de cosas que contarían.
Las poses se diluyen con el tiempo.
¿Diría lo mismo si tuviera las manos arrugadas?
Hola Mafalda. Primera vez que entro en tu blog. Mesiento identificada con esto que contás de encontrar espíritus afines en los bloggers, a mi me pasa lo mismo. Es dficil encontrar amigos lectores, como mucho les ten{es que agradecer que respeten tu pasipon y no exigir que la compartan. Para mi la soledad terminó cuando conocí a mi marido cn quien me unió la literatura. Y en 2006, al igual que vos, entré al mundo de los blogs y allí encontré muchos amigos con quienes despuntar el vicio. Ojalá hoy haya encontrado otra.
Creo que una prueba de autenticidad bibliófila está en algo que has menionado: a muchos nos entraron las letras a golpe y porrazo, con los sistemas educativos "de antes". Y, sin embargo, aquí estamos, atados y esclavizados por gusto y gana a esas letras impresas en papel, en pantallas o en el medio que sea.
La pose existe; hay muchos libros que se compran y no se leen.
Entretanto otros, seguiremos leyendo.
Un abrazo, Mafalda.
(espero que recibas bien pronto un buen "amigo")
Mis primeras lecturas fueron revistas, y la que más leía era la revista Siempre que era un tabloide que papá me hacía leerle.
Mi gusto por la lectura fue en la secundaria, pero debo de ser honesta, no leía por ser culta, si no por ser incapaz de relacionarme con otros seres humanos, esa fue mi defensa y excusa por mucho tiempo...mmm bueno, aún lo es.
DE hecho cuando no quiero que nadie me moleste pongo un libro de por medio. Los hombres no se acercan si te ven leyendo ;)
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