"…sosteniendo este libro
bajo tus dedos sientes el frío
de la piel serpentina
de la uróboro,
cuya entrada eres también tú,
quien lees esto,
quien estás en la búsqueda
de ti mismo,
quien viajas tras ti mismo,
sin estar consciente
que también tú eres el muerdecola,
con el principio y el fin
desconocidos…"
*Descripción del dibujo de la serpiente uróboro.
“...Ateh, has logrado entrar, ahora tienes que ejercitarte para lograr mirar. Ejercitarte para que puedas mirarme en los lugares, donde transitamos al mismo tiempo trasportadas por las mismas letras. Yo aprendí Ateh a base de debilitar la voluntad. Porque a lo que no entendemos le colocamos a veces el nombre de “milagro”, y los milagros con el tiempo y con la fuerza de voluntad se transforman en incredulidad.
Ateh, piensa bien lo que te voy a preguntar. ¿Alguna vez me has soñado? Intenta recordar...”
- Desde que Ateh cumplió veinte años, tiene un sueño constante, no lo transita a diario. En ese sueño está presente una mujer, que le dice a alguien por un teléfono antiguo: “Todo lo que existe en el universo, tiene su propio sueño. Cada todo se tiene que sumar con su sueño, de esa manera tendrá forma y sentido de ser. Nada puede estar completo, si no se mira con su sueño a cuestas”. Yo la escuche contárselo a Karina, su eterna amiga, un miércoles de duda y de lluvia; de lluvia tupida que no me dio la oportunidad de comer mi terrón de azúcar en el jardín, y mirar a Ateh preguntando cosas a las margaritas -les cuenta Cornelio a los peces.
“Yo he estado presente en tus sueños, porque tú has estado presente en los míos. Somos y estamos por eso. Imagínate Ateh si no existieran los sueños. El vacío reinaría. El vacío no tiene sueño que le de dimensión o forma.
Luchar contra el vacío es el trabajo continuo que asumimos de forma innata como humanos querida Ateh, nuestros pensamientos, el crecimiento personal y nuestros sueños, llenan vacíos, atacan vacíos. Evita querida Ateh, que los vacíos ataquen tu alma, se apoderen de tu memoria y te dejen ciega.
Ateh, quien hojea la historia de adelante hacia atrás, logrará llegar y entender el inicio.
Una margarita de respuestas absolutas para ti, y también un beso.
Dorotea”
- Ahora, Ateh peina sus rizos negros y luego les coloca la peineta de colores brillantes. Mira más atenta por la ventana. Sonríe con más facilidad. Y cuando se sienta a trabajar en sus cuentos, suspira con frecuencia. Aunque ahora me es mucho más complicado entender sus historias.
El vecino(si), ya no tira tantos clavos por la calle. Y en el café llega a diario una historia, que estoy seguro, Ateh contará. Por cierto, ¿ustedes no se aburren de nadar en este cubo burbujeante de agua? -Cornelio dice a los peces.
El vecino(si), ya no tira tantos clavos por la calle. Y en el café llega a diario una historia, que estoy seguro, Ateh contará. Por cierto, ¿ustedes no se aburren de nadar en este cubo burbujeante de agua? -Cornelio dice a los peces.
FIRMA: Un ser de este mundo.
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